UN PAIS IRREAL O LA CASA DE MUÑECAS
Existe un lugar más allá de Flandes donde cada día un Julio Verne imaginario es capaz de trasladarnos con su máquina del tiempo al Siglo XVII, como si se parara la historia.
Edificios, calles, canales crean un clima de país irreal, o lo que es lo mismo de una enorme “casa de muñecas” donde aprendemos a jugar a ser mayores y salimos sabiendo que
solo el respeto y la tolerancia nos llevan a la convivencia. Eso, ni más, pero tampoco ni menos es Amsterdam.