TERCERA ETAPA

Castilblanco de los Arroyos-Sevilla

El viaje más corto de la semana: Desde Castilblanco a Sevilla, apenas 40 kilómetros y unos 35 minutos. Llegamos por Torneo y el puente del Alamillo. El coche en un parking y el resto como el camino de San Fernando, un rato a pié y otro andando.

Castilblanco de los Arroyos -Alcalá del Río-Burguillos-La Rinconada y Sevilla

Sevilla, capital de Andalucía, ciudad romana, árabe, renacentista, barroca, americana, mariana, flamenca, torera, moderna, festiva, luminosa, perfumada, marinera, tradicional, hospitalaria, graciosa, cosmopolita, religiosa…Todos estos adjetivos y muchos más se podrían añadir a esta ciudad, que además de personificar el tópico de lo ” español” y lo “andaluz”, guarda tal cantidad de atractivos artísticos, culturales, de ocio, sociales y turísticos que sería prolijo enumerar; pero que la han convertido en una de las ciudades más universales, conocidas y visitadas del mundo, cuna e inspiración de escritores, pintores y artistas en general.

Resultaría imposible encontrar en una urbe tantos, tan variados y tan singulares monumentos y lugares de gran belleza como la Giralda, la Catedral, Los Reales Alcázares, la Torre del Oro, el Patio de los Naranjos, la Maestranza, la Casa de Pilatos, la Plaza de España, el Parque de María Luisa, el Teatro de la Maestranza, el Palacio de S. Telmo, El Archivo de Indias, el Barrio de Santa Cruz, la Lonja, el Palacio Arzobispal, la Fábrica de Tabacos, el Ayuntamiento, el Palacio de las Dueñas, la Torre de Don Fadrique, las Murallas, la Basílica de la Macarena, el Museo de Bellas Artes, el Museo de Arte Contemporáneo, la Alameda de Hércules, el barrio de Triana, los Puentes sobre el Guadalquivir, la Cartuja y las instalaciones de la Expo 92, los edificios de la Exposición de 1929, la Casa de Luca de Tena, los patios de sus casas tradicionales, los balcones y rejas, y un sinfín de iglesias, conventos y detalles que convierten su centro histórico en un museo al aire libre. Si a todo ello le añadimos sus tabernas, su gastronomía, sus fiestas y la gracia y hospitalidad de sus gentes, nos resulta un conjunto lleno de colorido, dramatismo, luz, música , alegría, tradición y modernidad, difícil de igualar.

Notas históricas

La fundación de Sevilla, según la leyenda, fue la ciudad mítica de Tarsis fundada por Hércules y que la cedió a su hijo Híspalo, de ahí su antiguo nombre: Híspalis.
Su origen se remonta al siglo VIII a.c., durante el periodo tartésico, a partir de un poblado llamado Ispal. En este poblado se comerciaba con navegantes griegos, cartagineses y fenicios. Fue destruido en el siglo II a.c. en las guerras entre cartagineses y romanos. Terminada las Guerras Púnicas fue reconstruido por los romanos y pasó a llamarse Híspalis.
También en la época romana perteneció a la Hispania Ulterior y tras la división administrativa del emperador Diocleciano pasó a la Bética.
Con la caída del Imperio Romano, los vándalos entraron en la ciudad en el 428. Destruyeron numerosos edificios, fueron expulsados más tarde por los godos. En el año 573 la ciudad es tomada por Leovigildo. De esta época destacan las figuras de los obispos San Leandro y San Isidoro, autor de las Etimologías.
Durante el periodo de Al-Andalus, en los primeros años del siglo VIII llegan los árabes al mando del general Musa ibn Nusayr haciendo de Sevilla una de las ciudades más hermosas de Al-Andalus. Empezó a ser conocida como Isbiliyya.
En el siglo IX los normandos atacan Sevilla causando importantes daños y es Abderramán II quien los expulsa y fortifica la ciudad. A partir del año 1013 con los reinos de taifas, la ciudad experimenta un importante auge.
También pasaron por la ciudad los almorávides, a partir de 1086 y los almohades, a partir de 1144. Vive por estas fechas su esplendor económico por el comercio con el norte de África. Se construye la gran Mezquita, una de cuyas torres es la Giralda.
La conquista cristiana fue llevada por Fernando III en el año 1248.
El descubrimiento de América da un nuevo impulso a Sevilla. En el 1503 se crea la Casa de Contratación para el control de personas y mercancías que iban o venían de América. El puerto hace que la ciudad prospere notablemente. Se convierte en una de las ciudades más importantes de todo occidente. Esta prosperidad influye en la arquitectura, imaginería y pintura.
Debido al aumento del tamaño de los barcos y de su calado comienza a ser difícil la entrada de éstos a través del Guadalquivir, es por lo que a principios del siglo XVIII, todo el comercio americano pasa a ser controlado por la ciudad de Cádiz, más idóneo para estos menesteres, con lo que Sevilla sufre una esperada decadencia.
Durante el siglo XIX es conocida internacionalmente a través de las historias de los numerosos viajeros que la visitaron.
Con la celebración de la Exposición Iberoamericana en el año 1929, comienza su modernización durante el siglo XX, creándose así una infraestructura urbanística acorde con los nuevos tiempos.
Con la instauración de la democracia a finales de los setenta, Sevilla es proclamada capital de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
En el año 1992 es sede de la Exposición Universal que traerá aparejada una nueva ampliación urbanística de la ciudad, que la preparará para el próximo milenio.

Desde arriba

Desde Triana

La Giralda

La Torre del Oro

Catedral y Giralda

“Hagamos una iglesia tan grande que nos tengan por locos”, exclamó el Cabildo al decidir construir la Catedral. Levantada en el siglo XV sobre el primitivo espacio de una mezquita almohade, pertenece al estilo gótico tardío. Integrada en ella se encuentra la Giralda, torre alminar de la mezquita, a la que posteriormente se añadió un cuerpo de campañas coronado con El Giraldillo, una escultura en bronce de la Victoria de la Fe.

Barrio de Santa Cruz

Situado en la zona más turística de la ciudad, es este barrio un laberinto de callejuelas de expresivos nombres cuajados de leyendas, una especie de jardín en paredes, balcones y patios del que W. Pérez Flores dijo: … un paseo entre las rejas floridas de sus apretadas calles tortuosas es como ir bajo una deliciosa lluvia de emociones. Si únicamente contase Sevilla con el barrio de Santa Cruz, ya sería mucho Sevilla.

Torre del Oro

Situada junto al río Guadalquivir, en el Paseo de Colón, data del siglo XIII y formó parte de las murallas de la cuidad. De construcción almohade, servía de control al tráfico marítimo por el río. Es muy original su planta dodecagonal. Varias veces a estado a punto de ser demolida, cosa que nunca se ha podido lograr gracias a la dura oposición del pueblo de Sevilla. Actualmente alberga el Museo de la Marina.

Plaza de Toros de la Maestranza

Junto al teatro de su mismo nombre, hallamos La Maestranza, construida entre los siglos XVIII y XIX es considerada, tanto por su belleza y su excelente acústica como por su tradición, la catedral del mundo taurino. Curiosamente su ruedo es algo “imperfecto”, irregular, al no representar ni un círculo ni un óvalo perfectos. Dentro de sus instalaciones el visitante podrá encontrar un Museo y una Biblioteca Taurina.

Reales Alcázares

En la Plaza del Triunfo y sobre las ruinas del palacio del rey Almotamid se halla el Alcázar. Construido por el rey D. Pedro el Cruel y reformado por los Reyes Católicos y por Carlos V, sus jardines, patios, salones, dormitorios, oratorio… conforman una joya, mezcla de obras de alarifes moros, artífices sevillanos y decoradores toledanos.

Archivo de Indias

Construido por Juan de Herrera entre los siglos XVI y XVII con el fin de que Sevilla dispusiera de un edificio destinado a las transacciones mercantiles, acabaría siendo el símbolo del importante comercio sevillano. En el siglo XVIII se convierte en Archivo de Indias al depositarse en él miles de mapas, planos, dibujos y legajos que contienen la historia de América y el Pacífico de los siglos XVI al XIX.

Monumento a Colón

Cerca de los Reales Alcázares y del Barrio de Santa Cruz, es un motivo más de los que hacen de los Jardines de Murillo un lugar delicioso para el recreo y el descanso. Dedicado a Cristóbal Colón, está formado por dos columnas con un león en la parte superior y una carabela en el centro. Con su magestuosidad nos resalta la importancia del descubridor y el descubrimiento del Nuevo Mundo.

Plaza de España

Construida con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, es obra de Aníbal González. Tiene forma semicircular, en cuyos extremos se levantan dos torres gemelas (la del Norte y la del Sur). Entre ellas existe un amplio número de bancos, dedicados, cada uno, a una provincia española y decorados con azulejos, cuyos motivos se refieren a algún acontecimiento histórico de la provincia representada. Un estanque, en cuyas aguas se puede pasear en barca de remos, bordea toda la plaza.

Parque de María Luisa

El Parque de María Luisa, tal como hoy lo conocemos, es el resultado de la Exposición Iberoamericana de 1929. Anteriormente fueron jardines del Palacio de San Telmo, propiedad de la familia Montpensier. En 1893 la Infanta María Luisa donó estos jardines para uso y disfrute de la ciudad. De trazado francés (avenidas y glorietas), cuenta con vegetación subtropical. Para el visitante es recomendable recorrerlo en coche de caballos.

Los Reales Alcázares La Maestranza
La Plaza de España Barrio de Santa Cruz
Y el culto a los toreros

Palacio de San Telmo

Se inicia su construcción en el siglo XVII para Universidad de Mareantes. Posteriormente fue Colegio de la Marina y luego Seminario. Actualmente es la sede presidencial de la Junta de Andalucía. Su interior es de un gran interés, aunque para visitarlo es necesario solicitar un permiso al Servicio de Protocolo. Desde fuera podemos disfrutar de su portada, uno de los ejemplos más significativos del llamado barroco sevillano.

Universidad

El edificio, situado en la calle de San Fernando, data del siglo XVIII y fue construido como Fábrica de Tabacos, llegando la principal industria de Sevilla. En 1956 fue designado para albergar la Universidad. Hay que destacar su fachada principal, su capilla y la curiosidad de un enorme foso que rodea el edificio, a modo de fortaleza.

La Cartuja de Nuestra Señora de la Cueva

El origen del Monasterio es una imagen de la Virgen aparecida en esta zona de alfareros a mediados del siglo XIII. Acogió a Cristóbal Colón, cuyos restos descansaron aquí durante treinta años. En 1835 se cedió al inglés Charles Pickman para convertirse en fábrica de cerámica. Con motivo de la Expo’92 el monasterio fue restaurado, siendo hoy sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

Iglesia de San Lorenzo y Jesús del Gran Poder

Construida en el siglo XV, de esta iglesia, originalmente mudéjar, sólo queda la portada ojival. Su altar mayor fue diseñado por Martínez Montañés. Posee interesantes esculturas y pinturas. Junto a la iglesia está la Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder que guarda esta imagen realizada por Juan de Mesa en 1620, una de las más veneradas de Sevilla.

Basílica de la Macarena

Situada en el popular barrio de La Macarena es de construcción reciente, pues data de 1949. Esta “juventud” no impide que sea una de las más visitadas de Sevilla, por albergar la imagen de la Esperanza Macarena. Hay que ver en esta basílica el Museo de la Hermandad, donde se guarda el tesoro de la Virgen, con sus maravillosos mantos bordados.

Murallas

Las murallas fueron construidas por los almorávides en el siglo XII. De esta obra tan sólo nos queda un trozo en la Macarena, con siete torres y dos puertas. Una de ellas es hoy el popular Arco de la Macarena, por donde todos los Viernes Santos pasa la Virgen del mismo nombre, una de las imágenes más veneradas por los sevillanos. Antiguamente era paso obligado para los reyes que visitaban Sevilla por primera vez.

Puente de Isabel II

Une la ciudad de Sevilla con Triana, lo que hace que popularmente sea conocido como “er puente Triana”. Vino a sustituir en 1852 el antiguo “Puente de Barcas” tendido en el siglo XII por los musulmanes. Fijo, construido con hierro y hormigón mediante una técnica y una estética propias de la era industrial y los modelos parisinos, es quizás el puente más emblemático de la ciudad.

Casa de Pilatos

El Palacio de Medinaceli (según la tradición, copia del Palacio de Pilatos en Jerusalén), fue construido en el siglo XVI. Con su portada, su patio principal, sus galerías de azulejos, el salón de las Vidrieras, la sala del torreón, los jardines y una importante colección de obras de arte, podemos decir, sin duda, que es la casa nobiliaria más hermosa de Andalucía.

Museo de Bellas Artes. Inmaculada de Bartolomé E. Murillo

Se fundó en 1839 y está considerado como la segunda pinacoteca de nuestro país, después del museo de El Prado. Sólo su obra escultórica, ya por sí sola, merecería la visita, pero la importancia de su contenido radica en su obra pictórica. Zurbarán, Ribera, Francisco Pacheco, Alonso Cano, Herrera el Viejo etc. son algunos de los pintores aquí representados, aunque lo más destacable es el número de obras que posee de Murillo y Valdés Leal.

No sólo de estas maravillas vive el visitante de Sevilla. Una cosa, muy necesaria por cierto, es reponer fuerzas para seguir el camino. Y qué mejor que salir a degustar las tapas típicas que ofrece la tierra de María Santísima…. Primeronos llegamos hasta la Bodega Santa Cruz, junto a la Giralda y antes de entrar en el Barrio que da nombre al establecimiento. Allí tres productos entre los muchos que ofrece la pizarra. Primero ”montaito de pringá” de obligadocumplimiento. Después una tapa de paella, de la mejor. Y una de potaje de garbanzos, con su chorizo y todo. Para beber lo que se prefiera dentro de los cánones, vino, cerveza, fino o manzanilla. De ahí, uno sigue hasta Las Teresas,en pleno Santa Cruz y allí el jamón de bellota montanera. Ya saben la sublimación del placer gastronómico. Dejamos Santa Cruz, pasamos la Catedral y el Archivo de Indias y entre la Casa de la Moneda y la Plaza Nueva, allí laBodeguita Romero, lugar de encuentro de la sociedad sevillaa. Bacalao en aceite, un manjar. Las aceitunas preñás de ajo y mil cosas más, yo recomendaría esa carrillada de cerdo ibérico que vuelve loco hasta el Jesús del GranPoder. Y ya hemos comido. Para cenar, están los clásicos: El Burladero en los bajos del Hotel Colón y Casa Robles. Pero también podemos acercarnos a la calle Betis y en el Albariza pedir jamón, caña de lomo y queso manchegocurado. Un buen vino tinto y va usted servido.

Cuando ya se termina la noche en pleno corazón de Triana, pregunte usted en el Altozano, no todo van a ser facilidades, se acerca al bar de la Anselma y degusta una buena ración de cante por sevillanas. Y si le atrae el ambienterociero se encamina hasta la Plaza de la Santa Cruz y allí entre naranjos y con olor a azahar encontrará un local donde aficionados al cante hacen las delicias de entendidos y profanos.