28 DE OCTUBRE DE 2019

TREVISO UN LUGAR PARA VIVIR

Este es el título lógico a la experiencia de hoy. Pero como Venezia es tan potente. Yo le añadiría otro “1600 millones de chinos en China y 1 millón en Venezia” (por lo menos) y eso que en esta ciudad, icono del turismo en Europa, hay de todas las nacionalidades que uno pueda imaginarse. Pues los chinos ganan por goleada.

Dicho esto, empecemos por el principio, que es por donde hay que empezar las cosas…A primera hora de la mañana ya estábamos en Treviso, una localidad de 80 mil habitantes apenas a 35 kms de Venezia. Lunes y a esa hora hemos podido aparcar relativamente cerca del Duomo (850 metros) y junto a unas casas (de las de para vivir). La primera cita con Treviso en la Iglesia de San Nicoló, siglo XII. Un románico de una altura considerable (en Italia hay muchas de estas iglesias de los siglos XII y XIII que sobrepasan los ocho metros de altura) no como en España donde el románico fue un estilo más austero (de defensa contra los moros) y luego el Duomo, la fachada y el interior no te dicen nada, no obstante cuando sales y ves la sucesión de cúpulas y la torre del campanile o el batisterio entiendes porque te recomiendan la visita. De ahí a la Piazza di signori como en todas estas ciudades del Veneto…Grande (diría majestuosa) con edificios de extraordinaria belleza arquitectónica como el Palazzo Regionale. Café (sin café no vive la mujer) en la piazza y a callejear camino de la Isola de la Pescatería (hoy es lunes y estaba cerrada) un mercado situado entre los canales de Treviso (que son unos cuantos) La verdad es que mañana estará radiante, porque el escenario es único. Callejear por una ciudad que conserva casas de estilos diversos, pero que forman un conjunto tan homogéneo que al final te convence que aquí se puede vivir. Pequeñas tiendas de comercio tradicional (hemos comprado verduras, eso si caras como en Formentera) por ejemplo de verduras, la planificadora, curiosos bares que conservan todo su encanto entre ayer y mañana. Con ese mensaje de una ciudad para vivir nos vamos. Al otro lado Venezia…Un autobús urbano nos lleva hasta la Plaza de Roma (desde el camping Venezia en Mestre, donde nos alojamos, recomendable) En esa plaza  confluyen la Laguna y el Canal Grande y por tanto desde ahí parten todos los vaporetos (privados y públicos) El servicio público es realmente bueno te lleva a cualquier parte de la ciudad. Pues nada con el billete para dos días empezamos la visita camino de la Plaza de San Marcos (originalidad ante todo) No sin antes ver desde el vaporeto las iglesias de San Giorgio Maggiore. La Virgen de la Salud o la del Redentor (todas ellas de una monumentalidad exagerada). Llegados al embarcadero de la PLaza y antes de empezar la visita, la hora no perdona y toca comer…algo rápido que se hace de noche muy temprano…caemos (porque ha sido eso) en un bar al lado del Puente de la Piedad y la verdad es que ha respondido a las expectativas, malo de solemnidad (mientras no tengamos ardores todo va bien) Menos mal que esta noche la chef Mateo del bistró Holly tiene previsto un manjar. Pues nada a la Plaza. San Marcos, describirla es una tontería…todos la conocen porque han estado, por foto, por video o por el canal viajar, incluso por Españoles en el Mundo de TVE.  La basílica, el palacio ducal, el campanile, los músicos que amenizan el recorrido y mucha gente, miles de personas para arriba, para abajo…colas en cada uno de los edificios. Nosotros hemos optado por subir al Campanile y ver la ciudad en plano cenital (un acierto, tocaba la puesta de sol) Después a callejear hasta La Fenice, el templo de la ópera que se quemó después de El Liceo. De ahí hasta el puente de Rialto, el más emblemático de la ciudad en el Canal Grande (todo a pie) Calles abarrotadas con casas de ese Renacimiento que marca la época en que se construyó esta Venezia y marcas de ropa, de zapatos y muchas cosas más (yo pensaba que Venezia se libraría del afán consumista y se centraría en su aportación a la cultura y la singularidad de sus canales. Pues no) Allí hemos cogido el vaporeto y por el Canal Grande regreso a “casa”. Antes en ese recorrido compruebas cuanta belleza encierra esta ciudad…mañana repetimos el viaje en vaporeto, pero además iremos a Murano y Burano (todo por el mismo precio) Me dejaba en el tintero la imagen (no por repetida, menos atractiva) de las góndolas por los canales, con sus gondoleros ataviados a la veneciana y los tortolitos que pagan 80 € por el recuerdo…