La sorpresa del día estaba en Monticchiello. Sin salir de casa. Porque cuando nos disponíamos a empezar la excursión del día. Corta eso sí. El pueblo estaba lleno de gente y de la iglesia salían unas parejas con niños en brazos. Un bautismo, no, dos bautismos. Gente mudada y enfrente un grupo de ciudadanos vestidos a modo de banda de música esperaban un “no se qué”.
Después de preguntar nos avisan de que al final de la misa sobre las doce. Al mediodía hay una procesión del Corpus Cristo. Visto el panorama pues a esperar.
En el ínterin visita al pueblo. Aunque lo conoces siempre descubres algún rincón que merece ser fotografiado y añadido a la colección de imágenes de Monticchiello.
Efectivamente tras la misa empieza la formación de la banda dispuesta a abrir la procesión de trás del estandarte. Pocos minutos y aparecen una señoras con un cesto y empiezan a dejar caer pétalos de flores, es el Corpus. Justo detrás salen de la iglesia el párroco y los monaguillos con la custodia y la hostia consagrada dentro.
Así se inicia la procesión que al paso de la melodía de la banda recorrerá las calles de este pequeño pueblo.
Un buen número de turistas, poco más de diez seguimos con atención esta fiesta popular. Al otro lado de la calle un espacio público con una interesante exposición de arte y objetos de esta localidad.
Acabada la procesión nos vamos hacia Castiglione d’Orcia donde hemos reservado para comer. Antes hay que aprovechar para ver la Roca (castillo) d’Orcia. Pero está cerrado.
Unos cientos de metros hasta una trattoria en medio de unos campos de cultivo y una vista que quita el hipo. La trattoria Al Rientro en Castiglione. Impresionante. Todos los productos que sirven son caseros de ellos o vecinos.
Cocina Toscana en su más pura expresión. De primero unas alcachofas en tortilla y flores de calabacín rellenas de carne. Luego unos Pici al Anglione (tomate y ajo) otros con Tartufo a modo de degustación (hay que decir que la trufa es de verano).Finalmente uno ossobuco de ensueño. Un vino de Montalcino (muy flojo) y 22 € por barba con postre. Calidad precio excepcional.
De allí a la Roca. Vale la pena por su estado de conservación y por las vistas del Valle d’Orcia.
Con la imagen de esta Toscana en su más pura expresión. Nos vamos a Bagno Vignoli Una ciudad a termal y turística. Una balsa en medio del pueblo. Vistas al río Orcia y algún hotel con aguas termales. Eso sí turismo exterior y un autocar de japoneses. Vale la pena, pero no si hay otras cosas más prioritarias que ver.
Cerca de este enclave está una casa a la que se llega por un camino jalonado de cipreses. La veréis porque siempre hay gente fotografiándola. Es la viva representración de las Toscana que nos enseñan en las teles o en las agencia de viaje.
Se trata de un agro turismo al que visitaremos en nuestro próximo viaje a la Toscana. Su paisaje enamora,
Al regreso un ratito en la terraza de La Guardiola en Monticchello para relajarse antes de empezar a escribir esta crónica del día. Vale la pena.