CUANDO LA GUÍA SE EQUIVOCA

Preparar un viaje de estas características conlleva fiarse de aquellas personas que lo han hecho y vía internet (blogs y otras colaboraciones) acercarse lo más posible a una visión de lo más completa posible. La otra fuente de información son los propios organismo de turismo de los diferentes lugares, también por publicaciones o vía online. No hay que descartar los reportajes sobre viajes de muchos medios de comunicación escritos o audiovisuales. Pero yo considero fundamental una buena guía como base de trabajo. Y de esta manera han transcurrido los 25 primeros días sin fallos destacables (todo hay que decirlo a la capacidad de improvisación que te permite la autocaravana) Pero no siempre se escribe con renglones derechos y hoy, parece que tocaba escribir con pluma de ganso. La mañana empezaba corrigiendo los estragos de la lluvia de ayer. Praia de Marinha y alrededores en toda su expresión (posiblemente el paisaje marino más espectacular del viaje, incluyendo Asturias) rocas formando columnas heterogéneas en medio del mar (la playa de las catedrales en la marina lucense es inimitable) arcos naturales por donde pasa el agua y algunas barcas. Bufones que esperan la marea alta o la mala mar para mostrarse a la vista del turista y un largo etc de accidentes geológicos que constituyen un conjunto de singular belleza. Dos kms. entre ir y venir por un lugar escarpado (claro entre acantilados) que te no te dejan indiferente. Luego la playa propiamente dicha. Un mar calmo en una superficie que ahora está y dentro de seis horas no. Dos familias (rubias al completo, deben ser de otras latitudes) que juegan con los niños en un día soleado que invitaba a meter los pies en el agua, aunque sea el Atlántico y el 26 de noviembre. Con esas decidimos seguir a la guía “lonely planet” que no tiene mala fama y nos vamos a la montaña a ver dos “imprescindibles” según el autor…Alte y a 12 kms Salir. Después de desplazarnos y verlos uno piensa que son perfectamente “prescindibles” y que el día que el autor escribió las “excelencias” de Alte y Salir tenía las percepciones alteradas por algún motivo (inconfesable, podría ser visto el bodrio) El problema es que como nosotros, otros usuarios de la susodicha guía iban por las mismas calles convencidos de llegar a los “imprescindibles” (vaya chasco) De ahí (entre naranjos y olivos) hasta Faro donde aparcamos frente al mar (nos separa la vía del tren) cerca de la Iglesia de San Francisco, eso si extramuros de la Cidade Velha. Paseo por esta parte (algunos edificios deteriorados), de una construcción sencilla pero que se podría confundir con cualquier ciudad similar de Andalucía. Tejados de teja vieja  con el color terracota manchado del verdín de los años. En la plaza de la Catedral, te parece estar entrando en los  alrededores de los reales alcázares de Sevilla, pero no, sigues en Faro. Desde la torre de la Sé (catedral) una vista magnífica de lo que son las marismas y las islas que rodean Faro y Olhao (eso lo dejamos para mañana). Dentro altares de los siglos XVII y XVIII barrocos donde los haya (algunos mosaicos son más que destacables) Pegada a la planta principal la capilla de los huesos (sin la espectacularidad de Évora, pero con algunos detalles macabros) A callejear por esta parte de Faro y por la otra saliendo de las murallas que rodean Cidade Velha. Después de tanta andanza, incluidas las fallidas (no veas las subidas y bajadas, que debieron ser la causa del vahído del autor de la guía) a descansar frente al mar y cuyo silencio rompen las campanas de la Se, los aviones que pasan rozando y el tren de cercanías que de vez en cuando hace sonar su silbato en un por si acaso…