ALFOMBRA DE OLIVOS
A lo largo de los muchos Caminos que llevamos en las piernas se producen situaciones que son difícilmente comprensibles para los que tenemos que pasarlas. Esta mañana al inicio de la etapa en Villanueva de Algaidas. Antes permitirme un ligero comentario sobre el desayuno…normalmente encuentras churros o tostadas con aceite o tomate en cualquier bar de Andalucía (es costumbre) Hoy había de todo eso y “zurrapa”, manteca colorada y otras “delicatesses” con colesterol incluido (para quien no sepa que es la zurrapa…se trata de una mezcla de manteca de cerdo con lomo frito a la que se le añaden ajos o pimentón en algunos casos, que se unta a modo de paté en las tostadas) Hemos caído en la tentación, como no podía ser de otra manera. Pero vayamos a lo “menos serio”. La salida de Villanueva de Algaidas para pasar a una aldea que se llama Atalaya es super peligrosa en todos los sentidos…Un descenso de justicia por un pedregal y una senda que te obliga a poner los cinco sentidos y los palos para no caer. Además en algún punto es muy complicado pasar por lo estrecho. Todo para no ir por una cómoda carretera. Dejamos de lado el ascenso hasta esa aldea desde un arroyo que se atraviesa por un puente (llamado viejo) desvencijado y con el vallado en muy mal estado…Innecesario completamente. A partir de ahí se inicia la primera cuesta entre olivos (paseo obligado) de unos 4 kms de ascenso continuado hasta una loma a 710 metros de altitud desde donde se divisa toda la vega y algunas de las montañas que hemos ido dejando atrás, como Los Enamorados. Pero lo que descubre la vista desde esa “atalaya” es una inmensa alfombra de olivos (porque una cosa es cambiar entre ellos) que vas más allá del horizonte que ven tus ojos. Subida muy dura y exigente que te obliga a ciertas paradas intermitentes para recuperar el resuello. Luego una bajada, también de esfuerzo para no resbalar o salir corriendo hasta Cuevas Bajas, el último pueblo de Málaga hasta pasar el río Genil que marca la divisoria con Córdoba. Antes Cruzar por dos aldeas (El Cedrón y Moheda) que dice la tradición fueron concesiones después de la reconquista, aunque estudios recientes afirman que ya eran cruces de vías romanas. Y como si no hubiéramos tenido bastante otros cuatro kms de subida (algunos tramos al 13%) hasta Encinas Reales. Total 17,70 kms de mucho esfuerzo. Ya llevamos 100 kms desde que salimos de Málaga por esta sierra y la verdad es que no ha habido una etapa de transición que te permita un cierto relax…montañas y más montañas a modo de toboganes es la norma en una sucesión de sierras con millones de olivos en ellas. Todo ello bajo una música común…la vara mecánica para varear el olivo y recolectar la aceituna o la sierra mecánica que después poda ese olivo…tierra de aceites y suma y sigue hasta no se sabe dónde.
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