LAGO TITICACA

De nuevo a la ruta. Esta vez para dejar atrás el Valle del Colca y dirigirnos por carretera hasta Puno a orillas del Lago Titicaca. Otro de los hitos de este viaje al sur de Perú. El paisaje del altiplano peruano semejante al que trajimos desde Arequipa. Lo único es que nos quedaba en la retina la visión de los cóndores sobrevolando nuestras cabezas. Nosotros seguimos “chachando” (mascando) hoja de coca por aquello del soroche o mal de altura.

Tres imágenes de esta camino que se podían encuadrar con lo visto hasta ahora…Unos flamencos en una laguna. Una casa de las muchas que hay en la ruta y otro volcán que hace de vigía.

Horas de viaje con descansos adecuados nos permite llegar hasta Puno a orillas del Lago Titicaca, no sin antes atravesar Juliaca, capital de la provincia. Una ciudad de aglomeraciones donde se sitúa el aeropuerto para desplazarse a Cusco. Según nos cuenta el guía, Juliaca es una ciudad de comercio y transacciones, caótica en su funcionamiento carece de interés turístico, no sociológico para conocer las diferentes formas de vida de este territorio del Perú. Nuestro objetivo es acercarnos a la realidad turística, porque así está planteado el viaje.

Llegamos a Puno ya anochecido y la imagen es la la de una ciudad con un pequeño puerto, calles empinadas y unas vías de tren que la atraviesa. Es de noche. Cenar en La Casona en la calle peatonal, casa con reminicencias antiguas y una colección de planchas, de las de planchar ropa, de los antepasados y una cena correcta sin más. Supongo que tampoco hay nada mejor. Alojamiento en Casa Andina, sensacional como en todos los de esta cadena.

Por la mañana temprano Puno ofrece otra visión desde el embarcadero del hotel. Aquí verán una pequeña muestra de Puno. Destacar el barco Yavari, el más antiguo de vapor del Lago Titicaca que ha sido restaurado recientemente. Hoy es un barco museo.

Apenas con el tiempo justo de tomar unas fotos desde el embarcadero no vamos al puerto de Puno para tomar la lancha que nos llevará primero a unas islas flotantes, las Uros( deben su nombre a sus propios habitantes), construidas sobre juncos, aquí se llama totora y lo mismo sirve para las islas, las casas o las embarcaciones. Allí vive una comunidad que estuvo a punto de desaparecer y que ahora gracias al turismo recobra cierta importancia. En otro sitio le llamarían Disneylandia, porque el sistema es parecido, pero es único en el mundo.

No podemos olvidar a sus gentes…

Seguimos singladura por las aguas del Lago hasta avistar la isla de Taquile próxima parada. Antes de atracar un grupo de mujeres hacen la colada a orillas del lago. 7 km/2 y 2000 mil personas conforman esta isla de etnia quechua son diferentes al resto de los habitantes del lago pertenecientes a la etnia aymara. Incluso son ciertamente endogámicos ya que se casan entre habitantes de la isla y mantiene sus costumbres y tradiciones lejos de la influencia de otras etnias.

Una escalera de más de quinientos peldaños separa el puerto de llegada hasta la plaza central de la isla. Veinte minutos de ascensión que en algunos tramos hace que te falte el aliento. Las vistas de la cordillera enfrente es un espectáculo que nadie debe perderse.

Al llegar a la plaza nos sorprendió una fiesta de baile tradicional. Al principio pensamos que era una muestra más para los turistas. No era una celebración donde se encontraban los principales dirigentes de la comunidad. La verdad es que el colorido bien merece una muestra.

De vuelta a Puno a preparar la marcha hacia Cusco…