EL ORO DE TRASMONTES

Chaves es una población de este norte de Portugal que conserva ciertas esencias de lo que fue antaño (varias civilizaciones pasaron por allí)…de ahí el puente romano atribuido a la época del emperador Trajano. Una torre del homenaje (el único vestigio del castillo que fue en intramuros). Pero para mi el respeto a lo que pudo ser es un barrio que venía de antiguo, que ahora es viejo, pero que tiene cuatro casas de lo más atractivo, especialmente una pastelaria, junto a una frutería cerca de la muralla. Un hotel alrededor de lo que en su día fue la iglesia de San Francisco (mira que hay en todas las ciudades que fueron importantes durante la dominación católica. América está llena de san franciscos). Nada destacable como no sean sus jardines…Café y pastelitos de Belem en una cafetería a 2,10 € las dos consumiciones y la pastita en cuestión (más barato que en Andorra, que dirían algunos). Todo eso con la gasolina a 1,509 € la diésel y los sueldos más bajos que en casa…tomen nota.

Dejamos Chaves por la N-103 camino de Bragança (el google empeñado en mandarme por la Autovía)…si un día hacen este recorrido, hagánlo por esa Nacional…difícil porque estamos en tierra de TRASMONTES donde vas de 400 metros a 900…entre montañas, ríos, torrentes lo que hace que la carretera busque los sitios adecuados para pasar tanto accidente geográfico. Vale la pena. Las imágenes son impresionantes, los colores, podéis imaginar el otoño entre vegetación. Sorprende en un principio la cantidad de viñas de montaña y lejos de la influencia del Douro. Antes de preguntar por el tema (ya os lo explicaré). Nuestra atención se centra en la cantidad de castaños plantados a modo de producción industrial y muchas personas recogiendo castañas…paisanos cuyo modus vivendi es la castaña. Campos y campos de castaños, pequeños, más grandes, recién plantados, etc. Tiempo soleado pero frío apenas 8 grados…Con este panorama y después de observar un crecimiento desmesurado de viñedos, paramos en un bar auténtico de pueblo (bar, supermercado de se me olvida algo y centro de reunión de algunos desocupados del lugar donde se pontifica sobre cualquier cosa). Allí preguntamos por el vino y la respuesta fue unánime “es muy malo” y entramos en una disquisición sobre uvas en España, pero cerca de aquí (treixidura, godello, albariño, mencía, etc). Ellos iban interpretando el nombre en portugués…En estas que alguien (nos vieron extranjeros y por lo tanto pardillos en estos menesteres) dicen “vengan y conozcan el oro de trasmontes (es la zona). Abren la furgo y unos cuantos sacos de castañas…quién nos lo iba a decir.

Con ese paisaje de ensueño llegamos a Bragança…su centro medieval, amurallado es imprescindible para la historia de este país….allí que vamos. Castillo con la torre del homenaje más alta de ese medievo portugués (hoy museo del ejercito). La iglesia de Santa María con un techo a lo capilla sixtina precioso. A su lado una construcción civil calificada de románico, pero datada según se anuncia en el 400…la guía no aclara la cuestión…lo cierto es que es impactante.

De ahí a Vila Real, bueno a la Casa Mateus (si la del vino rosado que se pide por barato en cualquier cena de juventud y que después no pedirás nunca más). Lamentablemente cierran a las cinco (hora portuguesa y ya eran las cinco y media). Por Autovía y siguiendo la ruta del Alto Douro nos vamos a Guimeraes. El recorrido te enseña algunas Quintas espectaculares con las viñas en varios tonos (que cromatismo tienen), olivos para aburrir (van a competir con España e Italia) y seguimos a 600 metros. Para nosotros todo un hallazgo…yo diría que esto también es oro en los Trasmontes. En este país las infraestructuras han cambiado su fisonomía y le han dotado de grandes posibilidades de desarrollo.

Ya estamos en Guimeraes. Cuidado con estas fechas, el camping recomendado está cerrado…junto al Castillo (mañana iremos) no era aconsejable pernoctar…al final una área de caravanas que ofrece seguridad…y colorín, colorado esto por hoy se ha acabado.

Chaves

Cultivo de la castaña “Oro negro”

Bragança