FICHA TÉCNICA :
28,5 kms. Salida a las 7,30. Llegada a las 14,40 horas.
Puntos intermedios: Pico de la Dueña y Calzadilla del Mendigos. Ojo amigos al llegar a unos 3 kms de San Pedro hay una señalizacion que os puede llevar a error. Un cartel amarillo y unas fiechas en piedras te invitan a seguir un camino, el de la sierra, dicen aquí. Un poste oficial y una fllecha te inidican que sigas la carretera. No, tu por el cartel indicador hacia San Pedro, te ahorrarás un km.
Alojamiento: centro de turismo rural VII Carreras en san Pedro. Correcto, sin más, pero es el único que hay. 20€ persona. Habitación doble con baño. Comida casera.
Si tuviera que definir esta etapa solo pondría un calificativo: TOTAL. En ella se resume todo lo que yo esperaba de esta parte del Camino de la Plata. Por tener hasta ha tenido mal tiempo.
Muchos kilómetros siguiendo la antigua calzada romana. Lo que inspira un cierto aire de saber que estas sobre una parte de la historia de esta país. Miliarios que te van reafirmando en la culturalidad del viaje. Un paisaje cambiante de una clase de dehesa a otra. Seguimos con la presencia de ganado vacuno. Vegetación montañosa en el ascenso al Pico de la Dueña de 1169 metros y a donde llegas rodeado Robles esperando la hoja.
El ascenso exigente por las piedras y especialmente por el barro acumulado de las lluvias de estos días presenta una curiosidad, además de su embriagador paisaje. Subes durante 3,5 kms y cuando parece que ya has llegado arriba junto a los molinos eólicos. Tu mente procesa que ya está. Pues no, todavía queda un repecho más y luego otro hasta que realmente adivinas a lo lejos la cruz de Santiago que marca la cima. Desde allí una vista del Campo Charro de Salamanca espectacular. Nunca una foto por perfecta que sea abarcará todo lo que mis ojos han conseguido ver desde allí arriba.
Un fuerte descenso donde los palos son imprescindibles para que sufran lo menos posible las rodillas y palien alguna torcedura de tobillo.
Al llegar al primer llano una carretera, con una senda paralela. Menos mal y en eso que a tu derecha después de pasar la entrada a la Dehesa de la Dueña, aparecen las primeras cabezas de ganado bravo. Seis o siete hermosos toros alejados de los demás, como si se tratara de un aparte par un festejo próximo. Parada obligada.
De allí seguimos por la senda paralela a la carretera y ya visualizamos el Arroyo del Mendigos y la finca de los Montalvo. Primero un cercado con cerdas que ya han parido y están a la espera…
Junto al arroyo seis ejemplares de toro bravo que dan miedo a lo lejos. Imaginense cuando pasan por la taleguilla del torero. Y al mismo tiempo una sorpresa asustados por la presencia de los peregrinos una cincuentena de ibéricos dejan el agua y corren hasta un cercado, donde a pocos metros pastan los toros bravos. Una estanca digna de esa dehesa total que hoy hemos paseado.
Una excelente etapa pese a la lluvia. Mañana nos espera Salamanca. Cultura en vena.