LA ISLA-VILLAVICIOSA

Cambio brusco de paisaje el que estaba previsto y que hemos cumplido escrupulosamente…pero antes nos hemos dado un homenaje de costa y acantilados de más de 2,5 kms desde La Isla hasta la aldea de Huerres para después seguir hasta Colunga desde donde pasamos al interior camino de Villaviciosa.

Una senda, marcada como PR te manda pegados al acantilado observando los últimos metros de costa asturiana hasta retomarla en  Avilés el próximo lunes…Dos pequeñas embarcaciones de pesca, aunque una era la base de dos buceadores de pesca submarina con boya incluida y que nos ha mantenido atentos por unos minutos. Un seguido de toboganes nos ha llevado hasta Huerres. La verdad es que este camino añade dos kms de más a la etapa, pero de pasar por aquí a hacerlo por la N-632 va un abismo.

Ya en Colunga, villa con marchamo histórico y con “casonas” de gran rango…un rápido desayuno en el Bar La Esquina, porque hace esquina con la Plaza del Ayuntamiento y a seguir las flechas por carreteras interiores donde hay escasez de vehículos pero no de cuestas y cuestas que te quitan la respiración. Hoy además el tiempo parecía unirse a la parte depresiva que tiene perder de vista el mar. Una niebla meona iba calando sin darnos cuenta…

Primero pasas por una aldea que se llama Pernús…una iglesia datada en el 921, pero reformada en 1773 y transformada después de un incendió en el siglo XX…Seguimos por esas vías interiores pasando granjas de vacas, unas de carne, otras de leche, algunas ovejas y menos cabras, pero todas ellas dispuestas a darnos la materia prima para el queso “tres leches” que está de chuparse los dedos.

Cuesta a cuesta llegas a Priesca y allí uno de los monumentos de este Camino, la iglesia de San Salvador, prerománica del siglo X. Por fuera una más, pero cuando entras ves toda la estructura arquitectónica de la época y aprecias como se construía en aquella época de reconquista. De obligado cumplimiento…Asturias es la patria del prerrománico.

Sigues con las mismas características paisajistas, sin novedad que diría un militar. Y llegas a Villaviciosa tras pasar dos veces por debajo de la A-8 que une las diferentes comunidades cantábricas por Autopista…La entrada en esta ciudad es, como no podía ser de otra manera, por la factoría El Gaitero, proclamando urbi et orbi que estamos llegando a la capital de la sidra. Un dato curioso en la fachada de El Gaitero se anuncia como “sidra y champagne” lo que ha irritado a mi amigo “el franchutis”. Una blasfemia eso de denominarse “Champagne” cuando para ellos sólo (y  tienen razón) solo hay uno.

El hecho de ser Viernes Santo y por tanto en plenas vacaciones de Semana Santa le confiere un elemento especial a este día…Primero todos los bares están llenos. Segundo la gente va mudada como de domingo. Tercero hay procesiones y las vamos a seguir.

Aquí en Villaviciosa se celebra desde hace 300 años un auto sacramental en el que se representa el desprendimiento de Jesús para llevarlo a su sepulcro. Un acto multitudinario que ha presidido el Obispo de Oviedo, fijénse si era importante. Luego la procesión de todos los pasos de la Pasión en “mini” y “maxi” con los niños, los jóvenes y los mayores haciendo de nazarenos…la tradición en estos pueblos de España no se pierde, un lujo.

Comida, de menú (fabada, claro) y cena con algo de cabrales y sidra hay que mantenerse que si hoy han sido 25, mañana pasan de los 26 hasta Pola de Siero. Os cuento.

Hotel Casa de España en pleno centro a 53 € la sencilla, cara pero es Semana Santa.