CAPÍTULO VEINTE

Tenía que ser una jornada pasada por agua y viento…al menos así lo pronosticaban desde las teles hasta las aplicaciones de los móviles. La realidad ha sido bien distinta, al go de frío matutino (poco perceptible) un mínimo de agua y viento y al final sol y más sol a la llegada.

El objetivo era ni más, ni menos que llegar al Faro de Finisterre, a ese mojón con el km 0 que no marca un principio, sino un final. Por unos parajes de ensueño, algún tramo a oscuras y con dificultades, pero al final llegamos al mar por la entrada de la ensenada de Sardineiro, a unos 10 kms del faro. Bordeando el mar con alguna bajada de injusticia pasamos Sardineiro para adentrarnos en la ensenada de Langosteira…playa larga donde un “bidegorri” te conduce hasta el núcleo urbano de Fisterra. Antes un sinfín de restaurantes, pensiones y hoteles para dar servicio a esos 2 kms de la playa. Un paseo a orillas del mar. Fisterra es un centro neurálgico del Camino de Santiago. A este final de la tierra acuden peregrinos de todos los Caminos y se nota su presencia a pesar de ser los últimos días de temporada…Aquí empieza la subida al faro, también por un bidegorri instalado por el ayuntamiento paralelo a la carretera (que tiene bastante tráfico) 3,5 kms y pasas por la iglesia de Santa María de Areas, datada en el siglo XII, aunque ha tenido varias reformas, especialmente en el siglo XV…no obstante es visita obligada. De allí 2 kms y llegamos al Faro de Fisterra…la lógica dice que sería el colofón de tus Caminos, pero nosotros continuaremos mañana hasta Muxia, con parada en Lires.

Los paisajes de hoy, sobre todo desde el momento en que aparece el sol invitan a las mil y una fotografía. Las hemos hecho todas. Antes de llegar el cementerio inconcluso de bloques de hormigón, donde nadie quiere enterrarse…por lo que hemos visto y oído lógico, pese a ser del arquitecto Cesar Portela…cosas de del querer.

Después de las fotos de rigor, individuales, de grupo, etc. Camino del hotel para asearse y marchar a comer a O’Fragón…restaurante que conocí hace unos diez años, sorprendente entonces y que hoy ha ratificado su categoría…trasladado a San Martiño en un mirador excepcional de la ensenada de Langosteira. Allí Sefa y Fran crean un festival de producto y sabores que es difícil de igualar. La opinión común, “el mejor de todos” hasta ahora y ya queda poquito para quitarle ese honor. Los vinos, gallegos y de autor. Calidad precio excepcional. Cualquier comentario puede sobrar, déjenme recordar cómo ha sido nuestro día de luz en Fisterre