ETAPA 19 SALAS-TINEO

CADA DÍA HAY CAMINO

Uno no escoge las condiciones meteorológicas que quiere para caminar (bueno cuando entrenas si…un día como hoy ni sales de casa) En el Camino (como con el ganado) se sale cada día. Haga sol, llueva, caigan chuzos de punta, nieve o granice (que también hemos tenido alguna vez) a eso de las siete y media (con las luces en la frente) empieza un nuevo día y cada día hay Camino que hacer. Hoy se presentaba a priori un día duro por el perfil de esta etapa en la que subes de los 200 metros de Salas hasta los 764 de La Espina, aunque luego en Tineo te quedes a más de 600. Como aperitivo, después del desayuno, 5 kms y medio de subida primero suave por una corredoira (permítanme que utilice el nomenclator gallego) en oscura noche y luego clareando. Casi 3 kms en los que las piernas empiezan a notar la cuesta. A partir de ahí el camino se va empinando hasta hacerse injusto con el Peregrino…y ahí ha comenzado la lluvia de verdad. Esa que no nos ha dejado ni una tregua en el resto de los 19 kms. La tregua nos la ha dado el perfil con algún falso llano para recuperar el resuello…hasta que vuelves a mirar hacia arriba para llegar al puerto de La Espina (764 metros) y hacer una parada técnica con cafe con leche y magdalenas. Desde allí el paisaje (a pesar del día) es único con todas las montañas de esta parte de Asturias al descubierto. Pasando por una y otra aldea o parroquia vas conformando los últimos 11 kms hasta que llegas a Tineo. Un tobogán tras otro pone a prueba tu capacidad de resistencia, Cuando piensas que ya no hay más subidas (aquí algunas se las trae) viene la siguiente y luego otra. Incluso ya llegando a Tineo, después del campo de futbol, la cuesta de San Roque acaba doliéndote. A todo esto no les he hablado de lo esencial de esta etapa…la lluvia siempre es llevadera. Sus consecuencias dificultan y mucho el andar. No son otras que los charcos que ocupan todo el camino y te obligan, primero a solventarlos con equilibrios, apoyando los palos y con el riesgo constante de caerte. Lo siguiente son el aumento de caudal de los arroyos (mira que hay en Asturias) Pasar por piedras inestables tampoco te deja muchos recursos para avanzar algo rápido. Lo peor, no obstante, es el barro acumulado en el camino…primero lo evitas como puedes buscando el terreno firme…al poco tiempo caes en el primer hueco de barro y te mojas una parte de la bota (lleva goretex, piensas) Al poco la lluvia y el terreno te van mojando cada vez más y cuando ya estas mojado hasta las trancas empieza el divertimento. Pasas por el camino del medio sin importarte las botas, los calcetines, ni los pies. Incluso te permites (volver a la niñez) chapotear en los charcos o pasar a ras de un arroyo para limpiarte las botas. Es el verdadero Camino (a lo mejor hay otro, pero es el mismo con sol) Pernoctar en La Posada de Tineo, correcta y a buen precio (una vez arreglados los problemas de calefacción y agua caliente. También es casualidad) Comer y cenar en Restaurante Tineo…familiar, cómodo y de una excelente factura (el bacalao estaba de vicio) Pues esto no da para más…