OSLO

Planear un viaje a un lugar desconocido, aunque te ayudes de amigos, incluso autóctonos. De las guías más sofisticadas o las revistas mejor informadas. Contiene un alto riesgo de equivocarse.

Siempre te equivocas en pequeñas cosas, como en este caso dos días de Oslo, la capital de Noruega. Por aquello de la dimensión de la ciudad, su capitalidad que le otorga un plus de dedicación , etc.

Pero antes de llegar había bellezas que descubrir…

La ciudad lo merece. Todos sus edificios, entre los muy bien conservados, como el Teatro Real o la Casa de laVilla y otros muchos que se han añadido a la monumentalidad de esta ciudad. Es el ejemplo de la Ópera. De una diseño vanguardista que lo hace especial. Si le añades el edificio donde se entrega el Premio Nobel de La Paz y otros como la national gallery. Hablaremos de ella. Oslo es hoy por hoy una ciudad europea a visitar.

Sede del Premio Nobel de la Paz

La Ópera…

El tiempo de la visita nos ha dado para cumplir con un encargo personal. Visitar la exposición conmemorativa del 150 aniversario del nacimiento  de Edwuard Munch. El pintor nacional. Es la mejor muestra de la obra de este artista noruego que siempre tuvo vitola de universal. Repasa todos su obra y especialmente los diferentes estilo en los que pintó. Sin duda influenciado por los grandes de su época, cezzanne, Monet, Van Gog, el propio Picasso y otros. Incluso la exposición recoge algunos aspectos de su relación con kandisky y otros que han cambiado en cierto modo la rigidez de la pintura europea. La exposición se ha divido en dos. La obra de Munch desde 1882 hasta 1903 en la national gallery y el resto de la obra. Entre las dos lo tienen todo.

Después de comer en el Aker Brygge. Convertido en un centro comercial para turistas y algunos autóctonos. Que además como hoy hacia sol, todos a la calle y con la menos ropa posible. Sólo salvaguardando mínimamente el decoro. Estaba hasta los topes.

La calle Karl Johans, dicen la la de mayor trasiego ciudadano. Allí están todas las marcas  que en mundo se aprecien. Pues con ese bagaje de turista de un dia. Tomamos el metro y hasta Holmenkollen. Allí está el mítico trampolín que sirve como escenario a la competición de los cuatro trampolines..

Hasta aquí Noruega en todo su esplendor…volveremos