MARSELLA

Tercer día de este viaje y cómo no buscamos nuestro segundo mercado…esta vez  Eygaliéres. Un pequeño pueblo a apenas ocho kms de St Remy.

El mercado normal como la vida misma. Pero el pueblo una auténtica sorpresa. Cargado de historia y de casas con un sabor a auténtico. El arte se resperia detrás de cada pared de piedra recuperada como vivienda de lujo diría yo. Tiendas con estilo y una especialmente. Una boulangerie de una calidad extrema. Productos autóctonos elaborados por ellos mismos que dicen aquello de “comedme”  y realmente caímos en la tentación. Compramos un paté de campagne , por cierto  delicioso, para la cena de esta noche que ha consistido en cherrys con pepino, jamón de bellota de los pedroches, pate de campagne de Eygalieres y unos quesos comprados en Saint Remy . Conjunto amenizado con un Manyetes del 08 homenaje al gurú Rene Barbier.

Dicho esto y obeservar el cielo amenazante junto a les Alpilles nos hemos ido hasta Marsella. Primero al Puerto Viejo para respirar turismo y aproximarnos al ambiente ciudadano. De ahí hasta un restaurante el O’bidul en el 79 rue de la Pelud (Marsella vieja) según trypadvisor el segundo mejor de Marsella. 16 cubiertos como máximo y un sólo empleado…es dueño, cocinero, pinche de coicna, maitre, camarero. Vamos un hombre para una orquesta culinaria. Una ofereta de dos platos en entrantes, principal y postre de excelente factura y mejor presentación. No se complica la vida, todo preparado y fionalizado al momento. Gran resultado y mejor  relación calidad-precio.

De ahí y después de recorrer la calle Roma volvemos al Puerto Viejo para tomar el tren del turista y  dirigirnos a la basílica de Notre Dame de la Garde. Digamos que la patrona de Marsella…a m´ñas de 193 metros del nivel del mar. Desde esta coloina se domina, Marsella y alrededores.

Las vistas te llevan hasta el fuerte construido por Napoleón III para su mujer Eugenia de Montijo y otros de los monumentos emblemáticos de esta ciudad.

Hay que volver, nos hemos quedado con ganas de Marsella.

A pesar de la buena hora de regreso a St-Remy, la lluvia (torrencial por cierto) nos ha impedido seguir con nuestra visista.

Mañana Lyon, pero eso es mañana.