MIRAMBEL-CANTAVIEJA-LA IGLESUELA DEL CID

Olba-Mirambel-Cantavieja-La Iglesuela del Cid(todo en Teruel)

Esta vez la ruta no pasa por Teruel, aunque si se quiere… 117 kilómetros la separan de Mirambel. Nos dirigimos de Olba a Rubielos de Mora y de allí a Mosqueruela,  Cantavieja y Mirambel, primer objetivo de la visita. El recorrido, largo en tiempo, que no en kilómetros; es por una carretera difícil, con muchas curvas, pero de una belleza extraordinaria. Primero pasamos Nogueruelas, después Linares de Mora, dejamos a nuestra espalda la estación de esquí de Valdelinares, esa ya es otra excursión. Todo antes de llegar a Mosqueruela y un poco más abajo Cantavieja y un tiro de piedra Mirambel. Ya hemos llegado, como hora y media después.

Un rincón de Mirambel

Otro

Mirambel está situado en un pequeño llano al pie de la cordillera que forma la sierra de San Cristóbal y muy cerca del río Cantavieja, a 993 m de altitud sobre el nivel del mar. Su término municipal tiene una extensión de 45,55 km2. Produce trigo, cebada, avena, patatas, hortalizas y frutas. Recría ganado lanar y vacuno. Su clima es frío, con temperaturas que en invierno oscilan entre los 0º y -3º y en verano, alrededor de los 25º. Su cuenca hidrográfica la conforma el río Cantavieja, de un caudal continuo, cultivándose por sus márgenes pequeñas huertas. De su orografía destaca el “tossal” de San Martín, el “tossal” de Amiento y el cabezo de Moragues.

Situada en El Maestrazgo, Mirambel es uno de esos lugares donde sus muros medievales, gracias a alguna que otra capa de “maquillaje”, se conservan de forma impecable. Por ello, llegar a esta localidad turolense es inmiscuirse en los anales de la historia cuando caballeros y bellas damiselas correteaban por recoletas calles.

El mejor punto de partida para viajar a través del tiempo es el bello Portal de las Monjas, junto al Convento de las Agustinas. Aquí el visitante comenzará un recorrido por los siglos a través de las casonas de  la amurallada Mirambel. Podrá comprobar que ya en el siglo XII se tienen referencias de este enclave. Unas referencias que revelan como el lugar pertenecía a los Templarios. Y también que Alfoso II  ya en 1157 le concedió Fuero Libre. Mirambel contó desde 1234, gracias al Maestre de la Orden del Temple con la Carta Puebla.
Aquí descansó Jaime I de Aragón antes de iniciar la conquista de Morella, primera población conquistada del Reino de Valencia.

Portal de las Monjas

Huellas pasadas asaltan al visitante a cada paso. El Portal de la Fuente conserva una cruz que recuerda a los antiguos caballeros Cristianos; referencias templarias e inscripciones árabes forman parte también del legado de esta localidad.
No se comprende Mirambel sin el Maestrazgo ni el Maestrazgo sin Mirambel. Pio Baroja, autor de la Venta de Mirambel asegura en su obra que
“El Maestrazgo es una comarca aislada; en realidad, independiente de Valencia y de Aragón; es como una plataforma alta, erizada de montes como conos truncados, verdaderos castillos naturales, limitada por los antiguos reinos de Cataluña, Aragón y Valencia y extendida hasta el mediterraneo.
El Maestrazgo es un país seco, árido, frío; pero sin embargo, tiene recursos para su población. Es un país de guerrilleros …”.

Pasear por las calles de esta localidad turolense es toda una delicia. En la de Agustín Pastor, ya comienzan a admirarse buenos ejemplos de arquitectura civil, en las que destacan egregios portalones dovelados y vetustas rejas de hierro forjado. Pero no hay que descuidar la mirada y fijarla en las partes más altas en la que destacan llamativos aleros, destacando el napolitano de la Casa de los Julianes o el de la Casa de La Sota, junto al Portal del Estudio.  Un fascinante recorrido que se completa con el edificio del Ayuntamiento y el templo dedicado a Santa María, en la denominada plaza de la iglesia.

Además del Portal de las Monjas, la entrada más conocida, existen otros cuatro accesos a la villa: el Portal de San Roque, el de Valero, el de la Fuente y el del Estudio. También cinco son los torreones que guardaban la paz en la villa. De ellas se conservan dos en la parte norte, de forma redondeada y otras dos en la parte de las Eras y en la Calle del Angel, cuadrada y redonda respectivamente.

Pero no menos bella es la plaza Aliaga, con las curiosas casas gemelas de Castellot  y Aliaga.
Una villa amurallada que por el tesón y esmero de sus vecinos cuenta con orgullo como en 1982 Europa Nostra le concedió la Medalla de Oro, gracias a los trabajos de embellecimiento y restauración.

En Mirambel durante la guerra carlista (1833-1840) Don Carlos instaló en él la Junta Suprema de Aragón, Cataluña y Valencia, haciendo las funciones de una pequeña corte.

Su riqueza monumental Pío Baroja la definió “con aire antiguo de la Edad Medía”. Cinco torreones y cinco portales se intercalaban entre sus murallas. Sólo el portal de las Monjas permite el paso de vehículos. La Casa Ayuntamiento es de estilo renacentista; su lonja y su iglesia, del siglo XVI. Posee restos de un retablo hispano-flamenco del siglo XV. Tiene tres ermitas: la de San Martín, con retablo del siglo XVI; la de San Roque, con pila bautismal del siglo XVII, y la del Pilar. Abundan por sus calles las casas blasonadas de linajes de abolengo, como las de Castellote, Villarroya y Costeras, entre otras.

Actualmente, y según sus gentes, tiene unos cien habitantes y durante la época de verano es visitada por numerosos turistas.

Y para alojarse o comer bien valen algunas direcciones, anoten….

Bar Las Tejas.- 964 17 82 71
Fonda Restaurante Guimera.- 964 – 17 82 69
Acampada en la zona de la Ermita de El Pilar
Casas Rurales.- Maestur.- Tel.- 964 185 243

Dejamos Mirambel y por donde hemos venido subimos hasta Cantavieja, pero antes aprovecharemos la circunstancia para hacerle una foto, el espectáculo visual es una tentación, observen….

Vale la pena, verdad?……..

Cantavieja es un municipio turolense que pertenece a la comarca de Maestrazgo. Tiene una población de 739 habitantes. El pueblo está situado a una altitud de 1200 metros por encima del nivel del mar y la distancia por carretera con Teruel capital de la provincia es de 100 kilómetros.

Situado en las inmediaciones de los montes de la Muela, Rocha y el Cuarto Pelado.
Fue declarado en 1981 Conjunto Histórico Artístico.
La iglesia parroquial bajo la advocación de la Asunción del s. XVII barroca con tres naves.
Otros monumentos son: la iglesia de San Miguel, el Hospital de San Roque y el Convento. Las ermitas de San Blas, de Loreto y de San Antonio.
En edificación civil destaca en primer lugar el Ayuntamiento del s. XVI y siguientes con balcones de hierro forjado.
El castillo en estado semirruinoso de los ss XII y XIII.
En construcción doméstica, la casa de Bayle, el Mas Fortificado, la casa Novales y otros edificios dispersos por la población y por sus aledaños.

Villa de una antigüedad indiscutible, acaso fundada en tiempos de los Cartagineses. Fue rescatada a los moros por Alfonso II en el año 1.169.Sus recios muros vieron más tarde como los comendadores del Temple se atrincheraban en su interior, resistiendose así al decreto de extinción de los Templarios dictado por el Rey Jaime II en 1.307, fue en esta época que el Rey Don Pedro concedió “Carta Puebla” a la Villa en el año 1.212, posteriormente pasó a pertenecer a la Orden de los Sanjuanistas.

Las Ordenes Militares del Temple y San Juan de Jerusalén, mantuvieron jurisdicción aproximadamente durante 600 años. De estos importantes asentamientos datan gran parte de los monumentos que aún se conservan y buena parte de su historia.

Gran importancia tiene la presencia Carlista en la localidad, convirtiéndose en el Cuartel General y Residencia de “Ramon Cabrera”. Durante 1.837 a 1.840, se convirtio en Capital del Carlismo en Aragón; Cabrera reside en la solariega Casa del Bayle; desde aquí se editan durante 3 años los llamados “Boletines de Cantavieja”, que dan cuenta sobre todo de la actividad militar en el Estado Carlista. La Guerra de Cabrera o guerra carlista de los 7 años, terminó en el Maestrazgo con la toma de Cantavieja y la Caída de Morella en Mayo de 1.840.

Para comer no lo duden Casa Buj, frente a la gasolinera. Producto y elaboración excelente, trato exquisito y a un precio elevado para el lugar pero ajustado a lo que sería una buena  relación calidad-precio. De obligado cumplimiento, conviene reservar.

Restaurante Buj Avda. Maestrazgo s/n 964185033

Dejamos Cantavieja y camino otra vez de Mosqueruela tomamos el desvío a La Iglesuela del Cid, sin duda una de las joyas de la comarca del Maestrazgo turolense. Situada a 1227 metros de altitud, esta villa tiene una historia que nos remonta a la Edad de Bronce. Conquistada por los árabes en el siglo IX vuelve a manos cristianas a principios de XIII y en 1242 se le concede su Carta Puebla.

Alcanza su máximo esplendor en los siglos XVI y XVII, época en que se construyeron algunos de sus grandes palacios, como el de los Aliaga o la calle Ondevilla.

Entre sus principales atractivos está el conjunto arquitectónico, muy bien conservado y en particular algunas de sus construcciones:

Plaza de la Iglesia que la forman el Ayuntamiento sustentado por tres arcos ojivales, la puerta plateresca de la iglesia y la Casa Blinque donde se  conservan vestigios del románico y del gótico.

La Torre de los Nublos, la única muestra del castillo de los Templarios, aunque entre la torre y la iglesia está la Sala Capitular, hoy utilizada como salón de plenos.

En la calle Ondevilla encontramos algunas casas señoriales de los siglos XVII y XVIII. Destaca la Casa de las Notarías.

Frente a la Torre de los Nublos está la Casa Grande o de los Aliaga. Construida en el siglo XVI. Vale la pena pararse y admirar el alero de su tejado en madera labrada.

Casa Matutano, hoy excelente hotel donde destaca su escalera de madera. Obligado cumplimiento.

Podemos seguir citando casas o arcos y otras construcciones, pero les quitaríamos el trabajo a la Oficina de Turismo, lo mejor es pasen y vean, señores no se lo pierdan, La Iglesuela del Cid les espera.

Ayuntamiento

Los Nublos

Iglesia

Casa Matutano

Calle Ondevilla

Casa de las Notarías

Casa de los Aliagas

Alero