EN BUSCA DEL SOL
Según la “hoja de ruta” (la nuestra, las de los otros parecen hojas mojadas ya) hoy debíamos llegar a Sorrento y pasar a la isla de Capri antes de aventurarnos a la costa Amalfitana. Las condiciones climatológicas ponían en mucha dificultad este envite y hemos decido cambiar de planes (ventajas de viajar en la Holly, sin compromisos y sin ataduras a un plan de viaje rígido) A la busca del sol hemos cruzado esta parte “casi” sur de Italia desde el mediterráneo de Nápoles hasta el Adriático en Bari. Casi 300 kms de autopista y autovías para encontrarnos con la Puglia. Esa región que durante mucho tiempo fue “la pobre” de Italia y que hoy está más que de moda. La primera impresión nada mas dejas el cartel de la Campania y te anuncia que entras en la Puglia son los extensos campos de un altiplano dedicados al cultivo del cereal (alguna vaca despistada) y grandes latifundios de esos que se trabajan a base de maquinaria pesada. Primero un paisaje acorde con el otoño en Avellino (todavía en la Campania) pero con mucho “verdín” fruto de las lluvias de los últimos días. Cepas y hojas de vid cumpliendo el ciclo final (rojas, amarillas ocres) y los árboles de hoja caduca con los tonos de otoño. Ya hemos comentado los campos de cereales al comienzo de la Puglia. A medida que avanzas en kms llegas a zonas donde el olivo y las cepas completan todo el paisaje. En algún momento piensas que estás en alguna carretera de las provincias de Córdoba o Jaén por la cantidad de olivos que se pierde en el horizonte. Luego ves zonas de vino y crees que estás en el Penedés o similar. Corresponde a lo que nos han venido contando de esta región del sur de Italia. Con estas llegas a las puertas de Bari (los olivos prácticamente se confunden con el cemento) Una ciudad dividida en tres…la ultramoderna…la moderna y el centro histórico que se instala en una península rodeada por el mar Adriático y que coincide con la entrada a las basílica de San Nicola di Bari (no confundir con el cantante). Una parte de Bari que es imprescindible visitar si se quiere conocer esta Italia de gentes desinhibidas donde más que hablar discuten en voz muy alta…pero que se expresan con una gran intensidad vital. Aquí todas las casas están abiertas y sus gentes en la calle (hoy estábamos a 22 grados) Gritan, ríen, se comunican, cocinan en plena calle sin ningún rubor, te saludan como si te conocieran de toda la vida. Incluso nos han ofrecido probar una frita de calamar estupenda. Casas sencillas en un barrio del siglo XII. Renovado para vivir en el XXI, pero que en muchas de sus construcciones conserva parte del original.
Lo primero que ves es el inmenso Castello de Bari, del siglo XIII (como toda esta parte de la ciudad) y que seguramente es uno de los mejor conservados que hemos visto hasta ahora. Lo construyeron los normandos en época de las Cruzadas y ha pasado por diferentes propietarios entre las noblezas que ocuparon la ciudad. De ahí (a poco más de 200 metros) la catedral de Bari…románica pura. De finales del XII y principios del XIII (no podía ser de otra manera) Impresionante en todos los sentidos.Su exterior no refleja lo que vas a ver en su interior. Austera (como todo el románico) pero de una extraordinaria monumentalidad. Es románico puro en todos los sentidos. Su cripta contiene las reliquias de San Sabino.
Callejeando por el empedrado y fijándote a derecha e izquierda donde si no hay un bar, hay un puesto de frutas y verduras o los souvenirs…pero todo bajo un prisma de alegría y confianza que difiere y mucho de otros lugares turísticos. Poco a poco (porque el camino es para saborear vida de pueblo) llegas hasta la explana (pequeña pero suficiente) donde está la Basílica de San Nicola…patrón de Bari y santo de devoción desatada entre los lugareños. Iglesia del siglo XII con una vistosidad fuera de lo que hemos venido viendo (me refiero a la estructura románica, excluyendo aquellas iglesias de su misma época que se reformaron con la llegada del Renacimiento) Estructura clásica de un románico puro, Nave en cruz con los tres ábsides presidiendo el frontal y tres arcos que son muy raros de ver en otras iglesias similares. La cripta alberga las reliquias de San Nicolás…que es patrón también de Grecia, Rusia y Turquía. Además de ser el santo que dio pie a la leyenda de Papa Noel.
En esta basílica hemos asistido a una ceremonia (aquí el rito es el católico-rito oriental) de corte ortodoxa, con una procesión de parte de la curia y los sacerdotes de esta diócesis hasta la tumba del santo, seguida por una multitud de devotos, algunos venidos (por la lengua que hablaban) de Rusia o Grecia.
En cuestión de logística. Bari ofrece (en un día laboral imprescindible) una serie de parquings a una distancia prudencial de este casco histórico y que además en el precio entra el traslado desde el aparcamiento hasta el castillo. Un excelente solución para los turistas con vehículo.
Hoy (puerto de mar) tocaba un exceso en lo que a la comida se refiere (el tiempo lo pedía después de tanta lluvia) y lo hemos hecho con todas las de la ley. Restaurante Al Pescatore en las murallas del Castillo (tiene pinta de ser de los mejores de Bari) un plato de frito de calamar y gambas con harina de arroz (importante novedad) a compartir…unos fetuchinni a la Pescatore (con frutos del mar) un vinito de la Puglia (era obligado. Correcto) y un postre con “pana” y frutos rojos, apetecible…cafés y una grappa…sin ser barato, estaba en precio. La verdad es que Bari vale la pena una visita…Ahora hemos llegado a Alberobello, donde mañana visitaremos una de las grandes atracciones de la Puglia, los trulli…pero eso será mañana. Ahora descanso del ajetreo del día y a ver el Barça (man que pierda) No os lo he dicho pero está pasando una tormenta importante (la dejaremos caer)