Uno tenía una historia en la cabeza. Empezó a fraguarse a las ocho de la mañana y siguió hasta casi entradas las dos de la tarde. Luego os la cuento. Porque en el interín. Después de una comida de menú (insisto de menú) y una siesta reparadora. Una excursión (casi del imserso) a Ponte Maceira, que exhibe con orgullo ese cartel de “Pueblos más Bonitos de España” como Rubielos de Mora y otros de igual factura. El lugar se lo merece. Molinos, casas señoriales (pazo) algún cruceiro u hórreos de años ah, con ese puente y esa cascada parmente del rio Tambre le otorgan esa belleza singular que te lleva a visitarla a pesar del cansancio. La etapa entre Santiago y Ponte Maceira, para los fórmula 1 hasta Negreira transcurre por corredorias y por urbanizaciones de nueva cuña hasta llegar a una subida de 2 kms y 200 metros de desnivel que exige mucho al peregrino. El paisaje vale la pena. El recorrido entre eucaliptus, carballos y otras especies (castaños y encinas) lo hace semejarse a ese Camino que buscamos desde el principio. Helechos en marrón en contraste con el verde del horizonte, incluso con el verde del musgo que se agarra a las piedras de granito que configuran los límites de los campos…algunas vacas de raza cachena (de cuernos sobredimensionados) caballos, un burro despistado los vas encontrando en este Camino de Fisterra.
Hoy tocaba “colada” después de un día de lluvia y sudores producto de los ponchos protectores.
Allí mismo, a una puerta de la lavamatic el restaurante Barqueiro nos ha agasajado con una cena de auténtico lujo a base de tapas y buen vino…no les relataré los pormenores, pero decirles que las croquetas, la empanada de zorza y un suma y sigue hasta llegar a la tarta de queso merecía la pena el desplazamiento. Se ha convertido en la protagonista de este espacio comunitario de seis…
Volvamos a las ocho de la mañana. Ustedes conocen la historia del “buen samaritano” del nuevo testamento donde se relata la vida de Jesús de Nazaret…seguro que la respuesta es sí. Pues en esto del Camino se renueva la leyenda (al menos en dos de los que yo me sé) El de hace dos años, con Bastien cuidando del recorrido del franchutis, cuando él pugna por la pole en todas las etapas. Y en presente Camino, otra vez se reproduce la escena. Esta mañana el bueno de Luis, apiadándose del eslabón débil de esta cadena de a siete (el que suscribe) no se ha despegado ni un momento (miento, solo para hacer necesidades fisiológicas) a adaptado su ritmo al mío y así hemos vencido con cierto decoro la subidita en cuestión…Siempre hay alguien dispuesto a hacer la vida del otro más fácil. Luego el amigo Vicente (recién duchado) en un alarde de samaritanismo ha ido a recoger a Tin y a los rezagados en el final de etapa del pelotón de los torpes en Ponte Maceira. Historias del Camino. Las de cualquier ampolla también pasa de anécdota a epopeya…