COCIDO MARAGATO A LAS TRES
Menos frío que ayer (1 grado bajo cero), la helada ha sido más liviana, aunque se adivinaba la escarcha al caminar por la N-120 y todavía el día apenas clareaba…Mis compañeros lucen además de gorro polar (el francés con escudo del Madrid, se lo perdono por ser quien es) una luz frontal que permite ver y avisar a los coches que circulan, que por allí pasan unos peregrinos. Por un bidegorri de tierra paralelo a la N-120 y después por la carretera vieja caminamos con una buena marcha (los primeros kms el promedio era de 5,3 km/hora) hacia San Justo De la Vega. Antes llegamos a la Cruz de Santo Toribio y desde allí ya se divisa Astorga (la verdadera protagonista de esta etapa). Foto en la cruz y después de una pronunciada bajada el monumento al Peregrino que sacia su sed…cruzamos San Justo con rapidez y seguimos camino hasta las puertas de Astorga. La catedral enfrente y nosotros a dar la vuelta de rigor para cumplir con el camino. Sobretodo porque hay que atravesar las vías del tren y solo hay dos pasos (legales, claro) los dos nos obligan a dar una vuelta considerable…La veteranía es un grado y ya es la cuarta vez que pasamos por Astorga…corresponde buscar un atajo y lo encontramos…con el riesgo de pasar por la gatera, pero ahorrando más de un km de Camino. Directos a la catedral y al palacio episcopal (la obra de Gaudí). Aprovechamos este tiempo para visitar la catedral con mucho barroco y churrigueresco…no es lo mío.
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De ahí nueve kms hasta Santa Catalina de Somoza por otro bidegorri y con un nuevo paisaje, especialmente la fisonomía de los pueblos, Murias, por ejemplo. Piedra y más piedra le dan un aspecto antiguo, no viejo. Cualquiera de estos pueblos está dedicado por entero al Camino (hoy todo está cerrado). La temporada aquí empieza en marzo y se prolonga hasta noviembre, es la época del peregrinar sin frío (a veces, yo vi nevar el 4 de mayo). El Camino es para estas pequeñas comunidades una industria que crece cada día desde que la Vía de Compostela se ha convertido en un atractivo turístico en todo el mundo. Hoy en Santa Catalina, en el Albergue El Caminante (yo es la cuarta vez) solo estábamos los tres de rigor…Se nota el cambio en la oferta al peregrino, desde el tradicional Albergue hasta el Hostal u hotel más puesto.
Mientras caminas después de Murias a tu derecha te queda Castrillo de Polvazares (Monumento Histórico Nacional)…un pueblo que se conserva gracias al turismo que su belleza y especialmente la conexión arquitectónica con su pasado ha generado. A ello se une el que se ha convertido en “la capital” del cocido maragato, incluso se la ha arrebatado a Astorga. Los fines de semana , nos cuentan, se abarrotan los aparcamientos y los once restaurantes que alberga…hoy lunes casi todo estaba cerrado, ya hicieron su “agosto” ayer (sol y bonanza De temperatura). Pero pasear por sus calles, incluso la ChinChinilla es un placer…allí Concha Espina escribió una de sus novelas, La esfinge maragata.
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De comer, que les voy a contar…Cocido Maragato, es invierno y apetece…en El caminante lo preparan y cómo lo preparan…no hay nada más que añadir…por la noche un queso de la zona que hemos comprado a un vendedor ambulante en Castrillo y “ropavieja” o sobras en revuelto…todo regado con “tinto de verano” es lo que se lleva…
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Mañana afrontamos la primera de las etapas “reina” de este Camino…Foncebadón y después la Cruz de Ferro (en gallego) o Cruz de Fierro (en leonés).
