KIRUNA 1

Hoy era el día de máxima expectación en este viaje de “boreales” con seis a la carrera. Ocho y media de la mañana, vestidos, desayunados,…,… al taxi con maletas, mochilas y aparejos varios (anoraks, zapatos con borreguillo, camisetas y calcetines térmicos) vamos preparados para esos amenazantes -10. 50 minutos y ya en el aeropuerto. Como hemos llegado más que pronto, no sea que haya caravanas de última hora (en un país donde casi no hay coches) Café de rigor, con el bollo de canela correspondiente (mira que nos tira el vicio) Un susto imprevisto (una de las bolsas nos había abandonado en la cinta de seguridad) por suerte pasajero y con solución final de alegría colectiva (secreto de sumario para el nombre del responsable, perdona Irene…la…) Avión en hora, a eso de las 11,45 y llegada, también en hora a eso de las 13,20. Antes paisaje en blanco, lagos helados, nieve por doquier y esa sensación de que al salir del aparato hará un frío de narices. A eso de las 13,29, amenazando con la oscuridad, el termómetro marcaba -7…con el aire en marcha sensación de -10.

Rápidamente nos llevan a comer en una de las partes nuevas de Kiruna, la reconstruida. Como saben debajo de esta ciudad se encuentra la mina de hierro más grande de Europa (hasta Hitler dijo que la conquistaba por las buenas o por las malas) Eso significa cambiar la ciudad (está en territorio es de la etnia samis, propietarios de estas tierras. Quizás mañana con tiempo os explico algunas de sus cuitas o la opinión de aborígenes) Una pizza guarrindonga, pero con gracia…estaba buena. Allí compra de vinos y alcoholes varios, básicamente gin-tonic. Casi sin solución de continuidad…carretera y manta, ciento y pico de kms, más de una hora hasta Avisko (supermercado…compras de cuatro cosas más) y hasta la cabaña, residencia estos días. Otros diez kms de propina. A eso de las seis, cena (con la digestión en pleno) comida típica, el segundo filete de reno (no podía ser menos) En esas que avisan de la posibilidad de ver las auroras…emoción a raudales, reparto de vestimenta para ese frío polar…a las cabañas para dejar los equipajes y a la caza de auroras…la realidad nos ha bajado las expectativas…las nubes han dificultado una visión espectacular. Después de ir arriba y abajo entre sur y norte, una mancha en el cielo (verde por supuesto) y fotos con exposición máxima para conseguir algo (un verde que te quiero verde y nada más) Saber que estamos en el paralelo 68 a pocos del Polo Norte (90 grados) ya en el Círculo Polar Ártico…Mañana empieza la otra película, la de ver algún alce (salvaje, claro) Tengo que contaros que cuando veníamos hasta aquí (Bjorkilden) nos encontramos con un accidente…un coche había atropellado a una alce hembra…la preocupación de los residentes en esta parte del mundo era la cría…¿sobrevivirá? Ojalá…