Hoy se ha producido un cambio de tercio en este viaje…han llegado los “boreales” o lo que es lo mismo, los cuatro del grupo que faltaban. Avión desde Barcelona y a eso de las seis ya en Estocolmo. Hotel y a cenar a un lugar que habíamos “espiado” convenientemente. Lugar de moda en el centro de la ciudad. Gentes de un solo pelaje…bien puestos y como si nos conociéramos de toda la vida. Cerveza de grifo (había lo menos de doce clases) o copa de vino (normalmente blanco, a pesar de que a esa hora, las cuatro y media ya era de noche) De la cena hablaremos después. Antes los de la “holly” temas domésticos, desde la colada (ya tocaba, estábamos en las últimas) hasta el mantenimiento de la autocaravana (aguas de todo tipo, dispuesta para salir el día 23 a escape)
Ya en Estocolmo, trabajo de espía para no perder tiempo mañana a la hora del turisteo por la parte antigua…de la mano de un estudiante de turismo que amablemente se aviene a hacernos un tour a pie (hay que ser generosos con esta persona) Fíjense en las fotos un tipo que a eso de las cuatro (noche casi cerrada y 1 grado de temperatura) estaba metido en el agua pescando…o pesca el mayor pez conocido o pesca el mayor resfriado por conocer.
Desde el hotel ya se divisa la calle donde una vez más se concentran las tiendas de los clientes con posibles…no las enumeraré porque de sobra las conocen. Si, estaba Prada…y Chanel, etc. Todas.
La cena muy cumplida a base de cocina de aquí. Arenques en “bikini”. Se ha puesto de moda este tipo de producto…me sale aquí el de Carlos Abellán por ejemplo. Un pescado al grill con puré de patata, excelente y acompañado de una ensalada con hinojo y una acelga o similar bastante buena.
Vino de Comando G, por aquello de que Jiménez Landi y Fernando García son conocidos…estaba muy bueno (son valor seguro).
Larga conversación preparando lo de mañana y Lola insistiendo en que quiere ir al museo de Abba, faltaría más…seguro que foto de rigor para el recuerdo y para que los descendientes se lleven las manos a la cabeza cuando la encuentren en muchos años venideros…Es lo que tienen las herencias…
A desayunar a las ocho que luego empieza un día de frío y calor en las piernas (caminando, claro)