GRANADA SIEMPRE GRANADA
Granada es una ciudad balsámica para el espíritu. Porque Granada no es solo la Alhambra (que por si sola ya bastaría) además concentra en si misma el Sacromonte, el Albaicín, la catedral y sus alrededores, la ciudad moderna bajando por los Reyes Católicos, etc. Es de esas ciudades donde crees que has vivido siempre, no hace falta que te la expliquen, ya la conoces y te manejas sin necesidad de mapa. Sabes donde están las tapas o donde los churros con chocolate. Hasta sabes donde están Los Italianos (a helados me refiero, por cierto cerrado por vacaciones. Hace frío).Si miras hacia arriba por el Camino del Darro sabes que está el Albaicin con su mirador de San Nicolás, con el bar Kiki (especialidades en pescado. Nunca las probé) Allí entre coreanos (ayer los había a cientos) y otras especímenes, entre ellas la nuestra (peregrinos de Santiago) se te muestra majestuosa la Alhambra y a tus pies unos cuantos Cármenes (o residencias de ensueño) Si encima el sol cae y se encienden los focos de la Alhambra casi puedes empezar a soñar. A nosotros nos pasó ayer (la crónica es de esta mañana casi de insomnio) Luego bajas, siguiendo a una guía con excursión (por aquello de de donde va la gente)y llegas a la plaza e iglesia de San Gregorio en lo alto de la calle de las teterias que en un plis plas te traslada a un mini zoco de Marrakesh (con diseño) Granada será siempre Granada. Pero antes hubo que andar los 18,700 kms desde Quentar hasta poder contarles todo esto de Granada. A las ocho de la mañana siguiendo con la línea del pueblo (Quentar) bajamos hasta el río Belen donde unos patos echaron a volar en el mismo momento que notaron nuestra presencia y eso que todavía era de noche. Siguiendo el curso de este río y por un camino poco transitado y transitable (el riesgo de caída era alto) llegamos a Dúdar (más patos, pero esta vez no volaron) nada destacable. Desde allí se inicia una subida de justicia (dicen las guías 2 kms y 200 metros de desnivel) que se prolonga hasta 5 kms dado que han cambiado el trazado y ahora se va por una pista rural que pasa por las diferentes montañas que nos separan de Granada. Una ristra de toboganes (soportables) que empieza en una loma con acueducto (en desuso) y sigue hasta el final del Sendero del Abogado. A la vista el Veleta y el Mulhacen los techos de Sierra Nevada (el contra sol te impide hacer fotos) Desde allí en descenso hacia unos olivares y la vera del rio Darro hasta que llegas a las primeras casas del Sacromonte. Pasas la Abadía y empiezas las cuevas del flamenco (turisteo al máximo) donde te vas cruzando con turistas que van descubriendo con cara de sorpresa lo que han leído en sus guías. Por fin, después de un largo trecho por el barrio llega la Alhambra, allí arriba, majestuosa. Ya estamos en Granada…seguimos hasta la frontera entre Sacromonte y Albaicín hasta buscar el Camino del Darro con sus palacios, sus iglesias y a la Catedral a sellar. Hoy no toca esta parte (el año pasado ya lo visitamos todo) Comer en Pinot Noir, homenaje después de unos cuantos menús del Peregrino por esos montes (no lees explicaré el contenido del ágape por decencia) Esta crónica está acabada en el AVE que nos lleva a Madrid camino de Zamora, desde donde partiremos hasta Santiago (con cambio de tiempo incluido).