ETAPA 2 ALMOGÍA-VILLANUEVA DE LA CONCEPCIÓN

PASAMONTES

Uno de los momentos clave en todo Camino es el del desayuno. Normalmente salimos sobre las siete y media para completar los veinte y pico de kms antes de las tres de la tarde. Y a esa hora temprana (en invierno todavía es noche cerrada) intentamos tomar café allí donde esté abierto. En una ciudad es tremendamente impersonal (a pesar de los churros) Pero en un pueblo de interior (como es la mayoría de los casos) se reproduce una imagen que a lo largo de los Caminos forma parte de ellos. Especialmente (suele ocurrir) en pueblos agrícolas…En ese bar de madrugada hay gente “pa too” jornaleros, patrones, obreros de obras públicas, jubilados, peregrinos (cuando los hay) y un denominador común el café con leche, el cortado,la tostada con aceite o tomate…el frío fuera mientras fuman y alguna botella de anís (seco o dulce) que va circulando entre la cafetera y el mostrador. Esta mañana en el Bar Coco de Almogía era la misma imagen que años anteriores entre Granada y Almería o entre León y Ponferrada…por decir algo. Satisfecho el primer arreó de la mañana nos ponemos en marcha hacia un “precipicio” porque la bajada del segundo km de la etapa era eso: un “precipicio” a menos de 1 km por hora y asentando un pie y el palo antes de mover el otro. Todo y así se ha producido la primera caída del franchutis, sin consecuencias, solo un golpe de culo. La etapa es la que denominamos “pasamontes” o toboganes, o rompepiernas. Por un paisaje impresionante de las montañas de esta provincia de Málaga bajas un monte hasta el arroyo que lo divide del otro monte y a subir tanto como has bajado…Así hasta el final o hasta que pasas por la ladera de ese monte, en un atregua para tus piernas. Olivos, jara, encinas, cortijos (unos mejores que otros) algunos con el cartel de se vende y sin ningún núcleo urbano para reponer fuerzas. Eso sí, etapa sin asfalto hasta el final. Al inicio (estamos en zona de caza) una perdiz nos ha saltado en las mismas narices (sabía que no éramos cazadores y que era viernes de guardar) luego perros guardianes ladrando a nuestro paso…caballos pastando alrededor de algunos olivos, las consiguientes cabras y al final, André dice que ha visto un zorro en la zona de Villanueva…Lo que no hemos visto, y los hay por doquier, son los jabalíes. Aunque  hemos comprobado la existencia de múltiples raleas de perros para la caza de este animal.

Y así hasta 21 kms de esfuerzo continuado. Los 2,5 kms finales por asfalto siguiendo la carretera hasta Villanueva de la Concepción muy exigentes y especialmente cansado física y mentalmente…una subida de prácticamente 120 metros entre el río y el final de etapa que endurece el conjunto de la misma. Al final el cansancio acumulado desaparece con una buena comida “del peregrino” en el Mesón Torfa y una buena siesta. Esta noche pernoctamos en Antequera (donde mañana llegaremos andando desde Villanueva y pasaremos el alto del Torcal) Ciudad (por lo que hemos visto) a la que hay que volver para conocer en toda su intensidad. Cena de tapas (después de un copioso menú de mediodía) en Arte de la Tapa (volveremos mañana)