Hoy sí hemos entrado en esa Galicia del Camino que conocemos de otros anteriores por los cuatro costados de este país. Desde A Pobra a Monforte de Lemos (nudo ferroviario) en apenas 14 kms se dan todas las características de un Camino de Santiago. Carballos, helechos, musgo que indica el norte den los lindes, corredoiras (ahora asfaltadas) entre aldeas, corredorias (de siglos atrás) también entre aldeas que se anegan con apenas cuatro gotas, pero que ahora están al completo y a las que los de “obras públicas” han llenado de granito para que pasen los peregrinos, ríos como el Saá que se viene desbordando por algunos campos en la orilla, cruceiros, cementerios junto de la iglesia parroquial y hasta un burro que rebuznaba a eso de las nueve antes de que el día clareara del todo. Luego llegaron las vacas de varias razas en el prado (hasta ahora era un fantasma en la Galicia profunda) como no, la rubia predominante, pero hemos visto cherolesa, limousine y hasta alguna ibérica…cosas de la genética.
Por esos lares con una subida larga, y en algún punto pronunciada, andábamos los veteranos, con el recién incorporado observando los diferentes productos agrícolas de las casas de estas aldeas. Sorprenden algunas plantas repletas de tomates, otras de pimientos, unos olivos recién plantados (no sabemos si de mansas o bravas) que para proteger los simples palitos con hojas utilizan balas de paja, suponemos que, para el viento, porque de los conejos, líbrenos el plástico salvador. Con alguna para reparadora, más la larga conversación en el llano y el silencio en la “ascensión” llegamos a las primeras casas de Monforte. Junto a ellas atraviesas por primera vez las vías del tren (claro es nudo ferroviario) A unos cientos de metros, ya metidos en el núcleo urbano te las vuelves a encontrar con su paso a nivel correspondiente. Mientras cada vez que alzas la vista ves el Parador Nacional de Turismo, antiguo convento benedictino. Al lado la torre del homenaje. Todo bajo el epígrafe de San Vicente del Pino. La judería, de la que forma parte la plaza de España. El parque de los condes de Lemos y junto a él, el Escorial de Galicia o Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, Un impresionante edificio de arquitectura herreriana, como el otro Escorial que data del siglo XVI. Sorprende que en un a ciudad de apenas veinte mil habitantes se construyera un edificio de semejante magnitud. Actualmente es el colegio de los escolapios.
Después de dejar las cosas en el hotel Ribeira Sacra (donde pernoctamos) a comer (temprano para hacer tiempo hasta que pudiéramos hacer el chequing) El sitio Mesón JM…quizás (pensándolo bien) lo más sorprendente de esta excepcional etapa. Carpacho de boletus (ceps) boletus a la plancha, pulpo a feira (sin seguramente, el mejor de este Camino y no quisiera forzar la memoria a esta hora y día) Chuleta de buey (certificado) y para completar chuleta de vaca vieja para cuatro. Un festival digno de mención. Dos buenos Mencía de la Ribera Sacra. Y a casa a descansar y esta noche sin cenar (lo entienden, verdad) La buena noticia del día es que el sábado (pasado mañana) se incorpora el quinto…