PUERTO DE SANTAMARÍA-JEREZ DE LA FORNTERA

Día 7 de Diciembre
Salimos de Cádiz después de desayunar en el mercado de abastos unos churros con chocolate. Como día festivo la zona está hasta las trancas. Es típico comprar los churros en los puestos que hay alrededor de este mercado y comerlos en la cafetería de al lado…tiene su qué.
De ahí hasta Puerto de Santamaría a disfrutar del recorrido por carretera. Desde allí se observa el puente nuevo de Cádiz…una gran obra de ingeniería
El Puerto nos recibe con un bonito sol que ilumina su catedral y las calles de este casco viejo. De allí hasta la Plaza de Toros. Su feria es de las que marcan la temporada. En el recorrido pasamos por diferentes bodegas…De esas que figuran en la enciclopedia del gran vino de Jerez…Terry; Osborne; Bohorquez, etc. Su exterior marca estilo, pero su interior es para visitar con detenimiento. Además en el tíquet entra la degustación, cuidado que se sube a la cabeza.
Dejamos el Puerto y vamos hacia Jerez de la Frontera. Las dos ciudades rivalizan en belleza y estilo ciudadano…vamos que allí viven las “grandes” familias andaluzas.
Jerez además de su escuela de equitación rivaliza con el Puerto y el mismísimo Cádiz en señorío en sus viviendas, especialmente en su casco urbano donde se agolpan edificios señoriales y palaciegos. Recorrerlo es adentrarse en otra España.
Un fino con jamón y a comer en Mesón Hermanos Carrasco…muy bien.
Por la tarde camino de Sevilla. Antes nos detenemos en El Palmar de Troya como curiosidad de la zona. Allí pasamos junto a la basílica de los palmarianos…vamos los del papa Clemente. Eso una curiosidad.
Finalmente recalamos en Sevilla buscando los apartamentos Puerta Catedral. Muy céntricos pero desperdigados alrededor de la Giralda. Las instalaciones correctas y la calidad precio buena.
Una vez instalados a callejear por el Arenal y el barrio de Santa Cruz. De tapas claro…Peregil, bodega Santa Cruz, las teresas y la bodeguita Romero.
Por último gin tónic en el Hotel EME, uno de los hoteles con terraza junto a la giralda, caro pero las vistas inigualables. Está de moda.