26 DE NOVIEMBRE DE 2019

AMALFINATA ES DIFERENTE

Ni es más bonita, ni es mas fea, ni es…la costa Amalfitana es diferente a todo lo que yo he visto en eso de andar por ahí viendo cosas. Quizás alguno de sus pueblos (Minori, Maiori, Scala, Revello “desde lejos” o Amalfi) tengan un paralelismo con algunos de los pueblos de la costa griega que vimos este mes de junio. Se dan un aire…pero lo que es la costa eso es nuevo para mi. Primero la carretera S163 te marca…serpenteando, estrecha. Has de conducir con los cinco sentidos y cuando quieres despistar alguno, alguien te pita y te devuelve a la realidad. La Holly (la autocaravana) y Rosa, iban de susto en susto…porque a lo estrecho de la carretera se unían los coches aparcados (donde les da la gana) que la hacen inviable en muchos tramos (aunque la tranquilidad es que el autobús de línea también pasa por ahí) Curva, contra curva, atasco monumental, alguien que sin paciencia se va por el carril contrario y así unos cuantos minutos hasta que sea despeja algo. Piensas, en el primero mirador me paro…(no hay miradores) En el primer hueco me paro (estaban llenos) y así hasta uno que parecía asequible a nuestro tamaño (no se ve nada) Con lo que tiene que ver esta costa y ni un mirador cada cien metros. Todos los huecos eran aparcamientos privados…porque no te lo pierdas, debajo también hay casas a las que debe llegarse por la vía de una curriola para bajar cualquier cosa…no veas como te dejes el pan…Con todo en los momentos (pocos) de tranquilidad al volante te vas dando cuenta de que esto es “distinto” a todo.

Al pararte en el primer pueblo Maiori…echas pie a tierra y a buscar la foto que no pudiste hacer…Una vez satisfecho la inquietud de no haber plasmado tanta imagen que ha pasado por tus ojos y cabeza…a caminar por un pueblo que está dedicado al turismo (como todos los demás) con grandes playas de arena negra. Pues a pesar de esa realidad (todo o casi todo son hoteles, bares, pizzerías y souvenirs) hay algo que lo distingue de otros con la misma finalidad…no se si será que algunos edificios viejos le dan otro aire más particular…como la costa y la carretera a la limón. Unas compras domésticas y vamos a Minori, algo más allá…Visita a la Villa Romana marinera…no vale la pena después de todo lo que hemos visto. Pero allí entre playas, entre hoteles y un mercadillo de baratijas o chuches para los niños hemos descubierto un “de todo” en restauración (heladería, cafetería, pizzería y bistró) donde hemos comido y que ofrece además un surtido de “dolci” que bien merece un vídeo, Impresionante. Pizza y Parmesiana para comer (realmente buenos los dos platos) Un postre, creación de Sal de Riso y a buscar Scala…un pequeño pueblo en lo más alto de la montaña y a pesar de la recomendación de algunos blogs, lo que realmente vale la pena es la subida hasta el pueblo…acantilados, algún valle, imágenes de mirar para arriba y sobre todo una carretera de infarto.

Desde allí (bajando) hasta Amalfi,  el pueblo que da su nombre a la costa. Lleno de turistas, especialmente asiáticos y con mucho bullicio. Tomamos la vía Vittorio Enmanuelle (como es normal en Italia) y a ver como es el ambiente. Lo interesante está en las calles perpendiculares, todas con escaleras para subir al cielo, aunque si vas cargado se parece más a un infierno. De todo te quedas con una impresionante catedral del siglo IX, de estilo árabe siciliano y que no puedes perderte si pasas por esta costa.

Y colorín colorado, lo de hoy se ha acabado….eso creíamos después de dejar Amalfi…porque el recorrido hasta aquí en San Lorenzo, en la montaña, para pernoctar ha sido de nuevo jugando con el infarto. Menos mal que la Holly y un servidor de ustedes ya se han hecho a la paciencia necesaria para afrontar como conducen estos “impacientes” por decir algo. Mañana seguimos en esta costa hasta Sorrento…la de la canción.