Se presumía un día fácil con apenas 350 kms hasta nuestro destino en las Torres del Paine y a pasear por el Parque buscando las mejores fotos, siguiendo a los guanacos o a los choikes, incluso erguir con la mirada al cóndor. Y la verdad es que todo comenzaba a pedir de boca, ya que después del desvío de la 40 hacia Chacra, unos 69 kms de ripio empezaba un festival de la fauna y flora de esta parte de la Patagonia. Todos los animales que aquí hemos venido relacionando y de repente uno más…el cisne negro por ejemplo, que todavía no lo habíamos visto. Algún rebaño de guanacos, algo más numeroso de los que estábamos acostumbrados y por fin en ese mismo camino de ripio a poca distancia tres cóndores volando majestuosamente, incluso llegando a bajar hasta ladera de la montaña, seguramente para comer algún animal muerto. La sesión de fotos ha sido de las más singulares de este viaje por la proximidad de los cóndores.
Llegados a la frontera para pasar el Paso don Guillermo han empezado las dificultades, simplemente temas burocráticos que dificultaban la salida de Argentina y el ingreso en Chile…En ese paso fronterizo la imposibilidad ha sido manifiesta (leyes que superan la comprensión humana y especialmente la razón). Una sin razón tras otra nos ha obligado a renunciar a la forma de hacer el viaje hasta nuestro destino en Torres del Paine, aunque la imaginación y las ganas de llegar han superado con creces todas esas dificultades y ya estamos aquí.
El camino no ha sido fácil después de pasar la frontera por Río Turbio, hay que bajar prácticamente hasta Puerto Natales y después seguir por la R-9 de Chile hasta encontrar una desviación que anulaba nuestra ruta prevista para llegar al hospedaje en la Tercera Barranca, Un hostería difícil de encontrar pero que ofrece las mejores imágenes de las Torres del Paine y del conjunto del Parque Nacional que uno podía imaginarse. Primero hay que dejar la ruta para coger un desvío hacia el Cerro de Guido (ni te lo imaginas), seguir hasta preguntar a unos pastores que manejaban más de 5000 ovejas (un espectáculo), nos han indicado a perfección (después de más de media hora perdidos). Pasar el Puente el Negro, seguir hasta la segunda caseta blanca y a la izquierda dejar el ripio y llegar hasta un portón o cancela que hay que dejar atrás, cerrada claro. Desde allí 12 kms por camino de cabras (con más y menos dificultad). Cuidado, avanzar en segunda y a veces en primera…en una curva hemos avistado la Hostería en medio de la nada, pero con un frente más que espectacular “Las torres del Paine”… Aquí no existe el internet (hemos preguntado por el wifi y la cara del recepcionista nos ha delatado como “ustedes no saben dónde están”. La Luz llega a través de un molino de viento y cuando no hay (hoy no es el caso) un generador permite unas pocas horas de luz (desde que oscurece hasta las once, después a dormir y madrugar). La consecuencia directa de este aislamiento es que aquí aquello de “dónde cenamos hoy” no existe…menú para todos, (de los de te guste o no me da igual), y hoy siguiendo con las incidencias, al que le daba igual era a mi. La suerte primera es que las nubes han ido desapareciendo y nos han dejado una imagen nítida de las tres torres. Los cuernos todavía estaban algo tapados. Pero el viento ha hecho que a estas horas una niebla espesa las cubra . Dejamos este relato con la esperanza de que mañana mejore el tiempo y desde el ingreso en el Parque podamos disfrutar de toda la belleza que encierra. Ahora que despertarse con esa imagen no será fácil de superar…