Esta página debería titularse “la rebelión de la periferia”. El acuerdo entre ERC y PSC para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat tiene dos lecturas (o tres si hacemos caso a Manel Perez de la Vanguardia) la que realizó Raquel Sans tras la ejecutiva de los republicanos y la del gobierno de España al día siguiente o la del presidente Sánchez tras la reunión con el monarca en Marivent.
Raquel Sans para regocijo de propios (los suyos) y extraños (léase Puigdemont y Junts, por este orden) anunció urbi et orbi “le Baujolais nouveau et arrivé”, perdón quería decir “el concierto económico a la vasca ha llegado a Catalunya”. Miraba de soslayo a todos los que en más de cuarenta años han sostenido aquello de “Y Pujol no lo quiso allá por el 79” (mentira podrida) Vino a decir: Nosotros sí acabaremos con ese Fondo de Solidaridad Interterritorial tan perjudicial para los intereses de los catalanes. Se puede resumir en aquello de “estamos hartos de pagar las “ferias de abril” de las Españas poco industrializadas o vaciadas (el sustantivo lo pone usted) Recaudaremos todos los impuestos, analizaremos las inversiones del Estado en Catalunya bajo nuestro prisma y lo que sobre (si es que sobra) que se lo gasten en “Cruzcampo” o “Mahou” (tanto monta monta tanto) Mismamente como vascos y navarros pero con fueros del XXI. Luego viene la lectura de Sánchez o del gobierno que para el caso es lo mismo (perdón señor Bolaños por no nombrarle en exclusiva) “Este acuerdo es positivo para Catalunya y garantiza la igualdad de los españoles” reza Sánchez con orgullo (será que lo piensa y se lo cree a pies juntillas. Luego viene Alsina y lo matiza convenientemente) Manel Pérez que de esto y de escribir sabe un rato, se queda en aquello de “financiación singular” y más que un “concierto” a lo “fuero” se queda en un sistema más cercano al federalismo imperante en algunas naciones occidentales. Pérez tiene sus dudas en la aplicación legal de los términos expuesto por la señora Sans. Ahora toca a “perico” (no me refiero al RCD Espanyol de Barcelona. Si no a Montero, ministra plenipotenciaria en eso de los dineros) rebajar las expectativas de ERC y colocar la realidad a la altura de García Page en el PSOE, de Compromís en Valencia, Coalición Canaria o el BNG en Galicia. Todo un ejercicio de malabarismo matemático y semántico que reduzca la adrenalina de la periferia y especialmente de ese Madrid DF y su “brazo armado”, los medios de comunicación con ansias de “venganza” política. Del “Madrid nos roba” pasamos a “Catalunya nos expolia”. La otra parte de la parte contratante es Puigdemont y los siete de Waterloo (aquí no cabe lo de los niños de Écija) Cuál será su reacción ante lo que significa un “nosotros mejor” por parte de ERC. Lo que no pudieron tus siete en la carrera de San Jerónimo, lo hemos conseguido nosotros con el regreso de Marta Rovira y la caída en desgracia de Junqueras. Estaremos expectantes ante la reacción de “aquellos” después de este “gol por la escuadra” en un partido que se juega en un futbolín a cuatro (Moncloa, Parc de la Ciutadella, el Rosellón y el barrio de salamanca) Ahí es nada colega…a peseta la partida que hubiéramos dicho por aquel entonces.