QUINTA ETAPA

QUINTA ETAPA

Castilblanco-Córdoba

Desde Castilblanco vamos a Burguillos, tomamos la carretera a Villaverde del Río y después la de Brenes. Enlazamos con la N-IV en Carmona. desde allí a Córdoba.

El municipio de Córdoba comprende una zona de sierras al norte, muchas de ellas pertenecientes al Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos, el mayor espacio protegido de la provincia, de gran valor paisajístico, poblado de alcornoques, encinas y sotobosque; además de bosques de ribera de sauces, fresnos y alisos; a lo que hay que añadir su gran valor faunístico y cinegético. Otra parte de campiña al sur, y la mayor parte correspondiente a terrenos de vega. El río Guadalquivir cruza la ciudad y forma parte indisoluble de su vida y de su historia.

En la actualidad, Córdoba es una ciudad monumental, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1994, en la que el arte y la historia se esconde en cada rincón y por todas partes: callejuelas, patios, plazas, etc. Se le conoce fundamentalmente por la Mezquita, obra única y muestra del esplendor del Califato, pero no nos podemos olvidar, de la Catedral, del Alcázar de los Reyes Cristianos, del Puente Romano y la Albolafia, de la Torre de la Calahorra, de la Judería, de los patios cordobeses, de la Plaza del Potro y de tantos y tantos lugares y encantos que posee la que, sin duda es una de las ciudades más bellas e interesantes del país.

En los alrededores podemos encontrar también otros lugares de excepcional atractivo como las ruinas de Medina Azahara, antigua ciudad-palacio; el Monasterio de S. Jerónimo de Valparaíso y las Ermitas, situadas en las cumbres de la sierra, lugar idóneo para descansar.

Notas históricas

Es muy difícil resumir la historia de una ciudad que, como Córdoba, es un hito fundamental en la historia y en la prehistoria de la Península.
De remoto origen, se halla construida sobre un asentamiento íbero, pero es en época romana (206 a. C.) cuando irrumpe con fuerza en la historia. Claudio Marcelo es considerado el fundador. Durante esa época fue capital de la España Ulterior romana.

Alcanza su máximo esplendor durante el periodo musulmán, siendo Califato independiente y capital de Al Andalus con un millón de habitantes.

Reconquistada en 1236 por Fernando III.

MEZQUITA CATEDRAL.

Lugar sagrado a lo largo de los tiempos, este espacio ha sido históricamente: templo romano dedicado a la diosa Jano, basílica visigoda hasta el año 741, desde entonces, y hasta bien entrado el siglo XIII, mezquita aljama y, a partir de esta última fecha, iglesia mayor de Córdoba. Templo compartido por cristianos y musulmanes hasta tiempos de Abderrahmán I (756-788), emir que lograría comprar el derecho de uso a los cristianos para construir la más espléndida mezquita de Al-Andalus. La mezquita sería sucesivamente ampliada por distintos emires y califas cordobeses, destacando las obras emprendidas por Abderrahmán II (822-852) y, ya en el siglo X, por Abderrahmán III, Alhakem II y Almanzor, visir de Hixem II, que la dotaría de ocho nuevas naves. En este período de esplendor, el templo tenía más de mil columnas, que soportaban el juego polícromo de los arcos tan característicos de esta monumental obra arquitectónica. La Catedral, que ha embutido en el interior de su torre campanario el alminar de la antigua mezquita, es obra del siglo XVI (los primeros conquistadores cristianos no quisieron alterar, dado el esplendor del templo que encontraban, la estructura de la primitiva mezquita y se limitaron a adaptarla a su liturgia) y primer cuarto del XVII y, aunque con notas barrocas de este último período, responde en general al estilo del Renacimiento.

Patio acceso a la Mezquita

Puerta de entrada a la Mezquita

La Mezquita

Más columnas

Recreándose

Detalle

Detalle

Coro de la catedral

PUENTE ROMANO.

En el siglo I a. C. ya era Córdoba un importante enclave urbano, administrado por el gobierno de Roma. El río Betis (luego, con los árabes, Guadalquivir) se recorría navegando hasta las mismas puertas de la Ciudad, y se atravesaba también en barcazas; a mediados del siglo I a.C., el creciente tránsito de personas y mercancías obligó a construir el primer puente de Córdoba, que aún conserva el apelativo de “Romano”. Como tantas otras obras monumentales de la Ciudad, viene a ser un friso de la historia donde seguir la huella de los árabes, los conquistadores cristianos y el paso del Antiguo Régimen a la Edad Contemporánea.

TORRE DE LA CALAHORRA.

Su nombre actual parece derivar del árabe “calat horra”, que significa castillo libre o castillo aislado. Probablemente ya en época romana fuera un puesto fortificado que defendiera el puente; los árabes edificaron una pequeña fortaleza con la misma finalidad. La imagen que hoy ofrece en su exterior es obra de época cristiana, en su interior acoge a la sede del Centro Cultural Torre de la Calahorra, que oferta una interesante muestra iconográfica sobre el pasado de la Ciudad.

ALCÁZAR DE LOS REYES CRISTIANOS.

Este conjunto monumental fue declarado de interés histórico-artístico en 1931. Como tantos otros espacios singulares de la capital cordobesa, ha sido escenario privilegiado del discurrir de la Historia: fue aduana en tiempos del Imperio Romano, fortificación ocupada por la nobleza en época visigoda, y alcázar musulmán que, tras la conquista de la Ciudad por Fernando III, pasa a ser lugar ocupado por dependencias militares y religiosas. Es el rey Alfonso XI el que, en 1328, decide construir el alcázar cristiano. Enrique IV (1454-1475) convierte la fortificación en casa palaciega, dotándola de baños y jardines de tradición andalusí. Fue la residencia de los Reyes Católicos durante la guerra de Granada, y en este palacio recibieron la visita de Cristóbal Colón. Fue sede del Santo Oficio (más conocido por Inquisición), y en el XIX se usó como cárcel. Ahora, descansando ya de las historias trágicas que se vivieron entre sus paredes, invita al particular sosiego que esconden sus murallas y es por ello uno de los edificios más visitados de toda Córdoba.

CÓRDOBA, CIUDAD AMURALLADA.

Córdoba ha sido históricamente una ciudad amurallada. Lo fue en la época de los pueblos iberos, con los romanos, los visigodos, los árabes y luego con los cristianos; buena prueba de esto son los distintos lienzos de murallas que encontramos en diversos puntos de la Ciudad. Los tramos mejor conservados se extienden desde la Puerta de Almodóvar al Campo Santo de los Mártires.

PLAZA DE LA CORREDERA.

El nombre de la plaza tiene su origen en el hecho de que, por su amplitud, era el lugar donde se celebraban los actos más concurridos, y en particular las carreras de caballos y corridas de toros; éstas tuvieron como escenario la Corredera hasta la primera mitad del siglo XIX. Espacio cargado de historia, la plaza fue testigo de las grandes proclamas, de las ejecuciones públicas, de autos de fe y de todos aquellos acontecimientos que convocaban al gentío. Su estructura actual responde al diseño que en 1683 determinara el corregidor Francisco Ronquillo, quien la mandó construir. También fue durante mucho tiempo el espacio del mercado que, ocupando el centro de la plaza, tuvo diversas instalaciones.

Alcázar de los Reyes Cristianos Cultura del agua
Detalle de una calle Torre de la catedral

SINAGOGA.

Fue construida (1315) bajo el gobierno cristiano del rey Alfonso XI, en una época de expansión de la congregación judía en Córdoba. La ornamentación de sus paredes, donde se reconocen las influencias mudéjares, quedó oculta durante siglos, ya que tras la expulsión de los judíos decretada por los Reyes Católicos el edificio se convirtió en hospital dedicado a los enfermos de la rabia. Restaurado el edificio en el siglo XIX, es el único testimonio que queda en Andalucía de un templo judío de época medieval.

PATIOS CORDOBESES.

Cada año, al llegar la primavera, una llamada se deja sentir en todos los rincones de la Ciudad: “Viajero que tienes la fortuna de recorrer Córdoba, este Mayo estás invitado a disfrutar de la hospitalidad de los cordobeses, que abrirán las puertas de sus casas para que puedas compartir la desbordante armonía floral de sus patios”. Y es que si un paseo por las calles de Córdoba, en cualquier época del año, nos permite apreciar la singularidad arquitectónica que guardan los patios de esta ciudad única, Patrimonio de la Humanidad, es en mayo cuando lo encontramos en su máximo esplendor.

Bodegas Campos

Sala de Estado

Bodegas Campos

Sala de Famosos

Bodegas Campos

Patio Cordobés

Monumento a Manolete

El viajero a Córdoba tiene una cita obligada con la gastronomía de la zona. Aceite debe ser su base, pero también aquello que allí se cría, y platos importantes nacen, por ejemplo de sus carnes (venado, ciervo, jabalí) de caza; o del toro u otros animales, estos ya más domésticos o pacíficos. Pero además, la gastronomía cordobesa tiene muchas raíces árabes y se nota en la utilización del dulce como condimento necesario de muchos platos.

Restaurantes buenos hay, las guías de turismo están llenos. Pero es tradición que la primera vez que uno visita Córdoba se acerque a El Caballito Rojo, frente a la Mezquita. Cocina tradicional mozárabe, con algunas muestras sublimes: Cordero a la miel, las judías con perdiz,  o el más famoso de todos los platos que en este restaurante se dan: El Rabo de Toro.  Con vino, entrantes de calidad y un segundo de este estilo, unos 36 euros por barba. La calidad-precio, buena. Conviene reservar, teléfono 957475375.