ETAPA 24 A FONSAGRADA- O CÁDAVO

CAMINO PURO Y DURO

Las etapas del Camino de Santiago. De cualquiera de ellos, no pueden ser un simple paseo, aunque algunas lo parezcan. Deben tener un mínimo de exigencia mental y física (por este orden). Las hay que su dureza (ya sean por la distancia o por la orografía) te pone al límite. Otras que su nivel de exigencia es máximo…Hoy ha sido una de ellas. Prácticamente 23 kms sin descanso en el esfuerzo. Primero porque ha habido subidas muy duras, especialmente dos, una que iba desde O’Couto hasta A Lastra (unos 600 metros de muchos desnivel aproximadamente  unos 170 metros) Y la otra a continuación de esta…larga pero con repechos de pararse a recuperar el ritmo cardíaco. El resumen es que esta sería la etapa que uno imagina en el momento que se propone hacer el Camino. Mucho campo…paisajes maravillosos…bosques cerrados de lo que quieras (aquí pinos y eucaliptos) corredorias envueltas en piedras de color verde (el musgo) helechos vivos y muertos (verdes y marrones) carballeiras que dejan una alfombra de hojas (son robles y a veces esconden el barro) aldeas donde viven dos y sus vacas…casas de piedra que saben a otros tiempos (pero con internet) iglesias con una o dos campanas…pequeñas capillas que esconden romerías en verano…subidas y bajadas que se convierten en rompepiernas (la subida te hiere mortalmente y la bajada te remata) La de hoy desde los molinos (si los de Iberdrola. Muy presentes en este Camino primitivo) hasta el arroyo era de las de hospital. En resumen una etapa soñada por el peregrino. Luego en cada una de ellas surgen las anécdotas que configuran su propia historia, diferente a todas las otras. Hoy es muy simple, pero a la vez reveladora de lo que es la Galicia (como otros lugares) profunda… Después de más de 16 kms de tobogán hemos parado en A Lastra, en un bar al borde de la carretera que sirve para todo…desde un café hasta los detergentes de la lavadora pasandopor aquello que en una aldea necesiten los paisanos y no compren en el carrefur. En el mostrador unas magdalenas para uso del cliente y algo escondidas las tapas de hoy (montadores de chorizo y queso) según el franchutis tenían aspecto de estar allí desde antes del fin de año…Dos cocas zero (hay que cuidar la línea) y a consultar datos (que sabemos) para arreglar nuestra mente después de una dura (durísima) subida (ya comentada) La señora nos dice que nos queda otra pero muy suave (menos mal) Pues no, la “suave” es de lo más serio de este Camino (no os podéis imaginar los epítetos y las interjecciones que le hemos dedicado. Impublicables) Mientras hacíamos la consulta pertinente…la señora se descuelga con la historia de un señor de O’Couto que sube diariamente (o casi diariamente) esa misma cuesta y tiene 90 años. Os podéis imaginar la cara que se nos ha puesto. Y sin más nos comenta que en verano los peregrinos mayores (de nuestra edad) llegan derrengados hasta su bar (servicio para todo) después de la cuesta. No me extraña. Sin duda hoy hemos vivido una gran etapa del Camino.