ADIOS A LA PLATA ETAPA 13

Granja de Moreruela es el punto cardinal donde la Ruta de la Plata (o el Camino Mozárabe, si es que vienes de la otra parte de Andalucía que no es Cádiz o Sevilla) se divide en dos…seguirl La Platas por Benavente hasta Astorga y desde allí el Camino Francés hasta Santiago o llegar a Gijón y empalmar con el del Norte por Ribadeo. O en nuestro caso seguir el Camino Mozárabe-Sanabrés que por Orense nos lleva hasta el apóstol. Un localidad pequeña que alberga lo mínimo necesario, una iglesia con cigüeñas incluidas en el lote. Un bar en invierno (que no da comidas) y dos en verano. Un albergue para 20 plazas (en primavera y verano es escaso) Una casa rural “Tío Quico” (de lo mejor) que es donde pernoctamos. Una tienda de “ultramarinos” donde hay de todo lo imaginable para la subsistencia de los que no llegan a las grandes superficies.  Y eso es todo. Para llegar hasta aquí desde Montamarta hay que pasar una mañana de helada escarcha…los campos eran blanquecinos pese a sus colores naturales, verdes y marrones. La ermita de Santa María al borde del pantano estaba en el mismo sitio desde el siglo XIV. Todo este paisaje estaba puesto a las 8 y 26 de la mañana, se iluminaba con una luna llena (que lucia más que nunca) sin eclipse. Después de una cuesta (soportable) cuando crees que ya se han aliviado los desvíos por los trabajos de la A66 que sufrimos hace tres años y el Camino habrá vuelto a su senda original por la orilla del pantano (vacío, no hay deshielo todavía. Si ni siquiera ha nevado en la Culebra, nos decían) junto a una urbanización, pasando por un encinar que embellece esta ruta. Las flechas y los indicativos te devuelven a una cruda realidad “la estupidez humana no tiene límites”. Los Amigos del Camino de esta parte (por alguna razón que desconocemos los mortales) han consolidado la ruta marcada para salvar las obras allá por el 2015. Lo que era una etapa casi bella se convierte en un caminar monótono por un senda de concentración parcelaria (andadero) cómodo pero sin atractivo. Rodeando la A66 hasta que llegas a las ruinas de Castrotorafe, un pueblo del siglo XI al borde del pantano que cumplió con su cometido por aquel entonces y del que solo queda alguna parte de sus murallas y al fondo un pedazo de castillo, pero que es una parte esencial de la etapa. Después, con la nieve de la Sierra de la Culebra a nuestra izquierda, a Fontanillas De Castro (aquí nos hemos encontrado con la canción del afilador, antaño con su bici o motocicleta y hoy con un moderno vehículo en el que lleva una maquinaria más sofisticada que la rueda de ayer para afilar cuchillos, tijeras y utensilios de corte a domicilio. Con CD incorporado, como cambian los tiempos. No era de Orenses, advierto) y  después a 2 kms, Riego del Camino y por el andadero, sin más hasta Granja de Moreruela. Menos mal que algunas águilas se dejan ver y mantienen el interés. Lo más destacable ha sido el encuentro con un pastor y su rebaño. El hombre, mientras reñía a su perra (Zagala) nos contaba su historia personal…89 años y al jubilarse vendió casi todo su rebaño (dejó 80) y con las “pocas” que le quedaron salía todos los días a “pasearlas” porque no quería quedarse en casa viendo la tele (como su mujer) No ha conocido médica, ni médico y ahí lo tienes. Mientras. Nos seguía contando, que su mujer necesitaba ayuda, claro no quería trabajar con el ganado y “mira lo que pasa”. Historias de Castilla (o de otras partes) que nos retrotraen a un mundo que para muchos se ha convertido en algo extraño de lo que solo han oído hablar a sus abuelos (aunque existir, como ven existen) Como existe una persona que ante la dificultad de poder comer en Granja, nos ha llevado hasta el pueblo de al lado (y que bien hemos comido) La cena de manos de Vicente (tortilla de patas, es especialista) Mañana hasta Tábara, con la duda de si podremos seguir por la senda pasado el puente de quintos o por carretera…