LAS CIEN ESCALERAS

Sagres tiene poco que contar en si mismo. Un pueblo dedicado al mundo del surf. Fin de la historia. Una fortaleza nada interesante como no se a su situación estratégica en épocas pretéritas. Un puerto pesquero y de embarque de excursiones marítimas para turistas (lo único atractivo, a mi modo de entender, los avistamientos de orcas y delfines). Una playa en el centro que sirve de escuela de surf para niños y si me apuran nada más.

Lo interesante de esta zona está al oeste y al este de Sagres. Primero el Cabo de San Vicente, por lo que significa de extremo occidental de este país. Antes de llegar una playa donde los surfistas (hoy estaban ausentes) hacen de las suyas con las olas atlánticas, especialmente cuando el viento sopla de sur. Con café incluido a las doce (la una en España) ya estábamos camino de Ponta da Piedade en Lagos. Aquí si…es otra cosa. Primero el Faro del siglo XVIII (que bien cuidados los tienen)…fotos de rigor hasta que lees “Paseo de las Covas” y viendo la hora y que no debe ser muy dificultoso (por la gente que venía de ellas) nos aventuramos. Las fotos desde arriba ya son de las que pueden enmarcarse…y bajas (no te das cuenta de cuánto bajas) otro descansillo y más fotos, cada vez más espectaculares, rocas en el mar…rocas con agujero incluido…unas barcas con gente que se pasean entre las rocas con agujero…otras barcas con gente que pasan por los agujeros y tu venga sacar fotos…Llegas hasta el borde del mar…alguna ola te puede mojar, pero esta vez no. Realmente uno de esos lugares mágicos donde cualquier parecido con otro es pura casualidad. Si ayer lo de las cigüeñas ya fue único, lo de este paseo por las covas en Ponta da Piedade iguala su espectacularidad. Pero cuando cierras la cámara te das cuenta que hay que subir. Vas contando una a una las escaleras (que todo hay que decirlo son de ls de piernas largas), cuando pasas de cien sólo piensas en lo que queda… Comida en “casa”…lomo de cerdo (como otro cualquiera) al Cabrales (eso no es cualquiera)…regado con una buena dosis de agua (hay que conducir y dos días seguidos vino no conviene). De ahí a Lagos, ciudad con un barrio histórico interesante, con un brazo de mar yo diría que artificial (para atraer más turismo) y una carabela de pega (vamos de decoración de cine) para decirnos que desde allí salieron algunos de los grandes descubridores portugueses. Al lado el edificio del Mercado de esclavos (también se dedicaron a eso, como otros). Una ciudad amurallada desde el siglo XIV, después de la reconquista a los árabes y con un fuerte (Castelo) de defensa de quienes venían por mar. Iglesia a San Antonio y Santa Maria y un paseo repleto de puestos de venta para turistas…Lo mejor de esta visita, la compra de una Cataplana (y qué es se preguntarán con razón) Es un recipiente para cocinar al vapor todo lo que te imagines, preferentemente mariscos, pero que le puedes echar lo que quieras…Lo probaremos. Luego hemos intentado llegar hasta la playa. de Alvor (aquí estamos) cruzando por unas marismas al lado de una “Restinga” (península interior) pero la carretera se acaba en un pueblito de pescadores que termina contra las vías del tren. Pues a buscar el camino convencional…Al llegar a Alvor, la sorpresa es que estamos al lado de esa restinga…aunque solo puede recorrerse a pie (dada la hora es preferible una cerveza en la playa que seguir a los que practican deporte por las pasarelas de la restinga. Mañana será otra cosa. Hoy toca ver con tranquilidad el partido de futbol…el Barça claro.