LOS TURISTAS TURISTEAN

Segunda experiencia del chocolate con churros, pero esta mañana en la cafetería Alhambra (dicen que la mejor, ustedes verán) Esta vez por aquello de no pasar hambre, pedimos al completo. Una ración por barba (se quedaron casi seis tejeringos, si es que no hay que ser exagerados. Hasta el punto de que a la mesa de al lado le hacíamos señas de “dos”, solo “dos” y nos hicieron caso. Vasito de agua y rápidamente a la Capilla Real de Granada, donde están enterrados los Reyes Católicos (por deseo expreso de Isabel que murió en Medina del Campo) el rey Felipe I (el hermoso, normal venía de Flandes) la reina Juana I (conocida como la loca) y madre de Carlos V de Alemania y I de España (también llegó de Flandes a Tazones, por culpa de una tormenta, luego se quedó) En el ataúd pequeño el nieto de los católicos. Interesante y con una colección de obras de arte flamenco (la reina Isabel era aficionada a los trípticos) Entre los objetos expuestos está la “espada” del rey Fernando (parece más pequeña de lo que imaginas para ser de la edad media) Luego a la catedral y ahí la primera de las anécdotas del día. Una señora (francesa por más señas) sale disparada y dice (textual): Si no pago en Notre Dame (hoy es difícil que lo haga, ya verás mañana) no lo voy a hacer aquí. Pues seguimos su ejemplo y lo dejamos para otra vez (nos quedamos sin ver la tumba de María Pineda, lástima) Cómo teníamos el rol de turistas, sin pensarlo dos veces nos hemos apuntado al bus turístico que nos ha dado un paseo por esta ciudad, barrios que no conocíamos, lugares que se quedan en la agenda para la próxima, vuelta al Realejo o la Alhambra, una parte del Albaicín nueva para nosotros (la que hay detrás de San Nicolás) Muy interesante. Luego la Cartuja convertida en Campus universitario (la próxima no se escapa) A eso de las dos a comer en Asador de Curro, más que recomendable…les aseguro que ha sido una comida para recordar (hasta aquí puedo leer) Tarde de tiendas por la zona comercial de Granada. Allí además de las clásicas, algunas sorpresas como una tienda de venta de patos de juguete o para piscinas, incluso para decorar la habitación de cualquier infante (los reales del siglo XV, no) Otras de chuches muy bien ornamentadas, muy puestas, dan ganas de entrar y acabar con algunas “frutillas” de pega. Luego una calle o parte de la calle dedicada a las “novias” trufada con comercios de vestidos de ”flamenca”. Final de fiesta paseando por la calle Navas, madre mía cuantas tapas en pocos metros. Mañana nos vamos a la Alpujarra.