Aprovechando que había visita a la cooperativa de vinos y aceites de Pitigliano hemos alargado el camino hasta la Toscana mediterránea. Un descubrimiento porque en las cinco ocasiones que habíamos estado en esta maravillosa tierra nunca fuimos hasta el mar. Lo típico es ir hasta Livorno. Bueno pues desde Monticchiello hemos elegido la isla de Gigio para ver el mar y comer pescado.
La sorpresa es encontrar una Toscana diferente a lo largo de la carretera que va desde Pitigliano hasta Orbetello y luego a Porto Stefano y Porte Ercole… La zona de la Maremma como así se conoce es hoy final de mayo una Toscana más similar a la que conocerán los que vengan en pleno verano. La hierba cortada y empacada. La que está por cortar ya amarillea y convida a la siega y el verde deja paso al amarillo ocre. Es diferente pero no menos bella. Por contra las viñas están más exuberantes. Mejor si la noche anterior ha caído una beneficiosa lluvia de mayo.
Carretera estrecha y muy mal pavimentada (hay que tener cuidado) y a una velocidad limitada. Hoy hemos tomado la imagen de Pitigliano que el otro día no hicimos. Desde la ermita de Madre de Dios la vista es impresionante. Las fotos no hacen justicia a su belleza, pero… Por esa carretera donde dejas a la derecha a Savona (incluirla en vuestras previsiones). Llegamos a Orbetello una localidad poco visitable si no es por su puente hasta la isla de Gigio. El paseo sobre el mar vale la pena. Ya en la isla dos puertos turísticos, pero de una excepcional belleza Porto Ercole y sobre todo Porto Estéfano. El recorrido de 3 kms por la Costa es de una imagen tras otra. Pararse y con tranquilidad.
En Porto Stefano se come…nos han recomendado Il Muretto encima del mar, estaba cerrado (hoy es martes). Y hemos optado por la Osteria de Marco Polo justo al lado. Correcto pero caro…Unos antipasti de mar (calamares, músclos, almejas sin pasarse y gamba congelada). Espaguetis a la congoleña, claro, con Botarga. Un condimento hecho con hueva de mujol y una mezcla de ajo y aceite y todo deshidratado. Muy apropiado. Luego esto se compra en el mercado de pescado de este puerto. Por cierto a precios prohibitivos. Finalmente un “rombo” o rodaballo a 60 € el kilo y que casualidad siempre pesa un kilo. Al horno estaba bueno. Un vino de la tierra, especie de verdejo y todo 50€ por barba. Es la Costa amigos.
De vuelta a Monticchiello otra vez por esta nueva Toscana y un pueblo Acquapendente. Hay que ir. No sé si mañana pero este viaje seguro que vamos.
Tormenta en Pienza y Monticchiello pero hay una belleza que se nos escapa. La luz y la tormenta forman un cuadro espectacular, lástima que hay que conducir, pero pediré prestada alguna foto…