SEGUNDO DÍA

LA GOMERA

Un jardín en el mar

Segundo día

Iniciamos el segundo día completo de visita a La Gomera. Y lo hacemos desde Vallehermoso por una carretera estrecha que nos lleva hasta la presa de la Encantadora. Y es que La Gomera tiene un peculiar sistema de riego. Aprovechan los desniveles de los diferentes barrancos que nacen en sus montañas y van creando presas muy útiles para almacenar el agua dulce provinente de las lluvias y de la humedad de su vegetación.

La presa de la Encantadora es un ejemplo del trabajo del hombre para rentabilizar el agua. Además esos desniveles han desarrollado la forma de cultivo, no así el producto que tiene relación directa con la climatología y la orografía. Casi todos los barrancos tienen en sus laderas campos de cultivo en forma de bancales superpuestos.

Encantadora

Dejamos la Encantadora para volver por nuestros pasos y es que no hay más carretera que la de regreso a Vallehermoso y desde allí tomamos un desvío hacia la playa o como anuncian los carteles el complejo marítimo. Una piscina, una zona de ocio y poco más de 400 metros de playa. Preciosa, si quitamos la suciedad que se amontona en el lugar y es que pese a las campañas de sensibilización y los buenos colegios, somos auténticos marranos.

Pero antes de llegar nos detendremos un instante en lo que han dado en llamar Jardín Botánico del Descubrimiento. Realmente todo un descubrimiento. Y al final, justo a la izquierda de la playa, por un camino de tierra pero transitable, un Castillo, reformado, eso si, pero con el suficiente atractivo de estar en el acantilado y según dicen con algunas tapas. Hay folletos en cualquier lugar de Vallehermoso.

Botánico

La Playa

De cerca

Castillo

Dejamos Vallehermoso y nos dirigimos por la carretera del norte hacia Agulo. Desde allí se accede fácilmente al Centro de Visitantes de Garajonay. Un lugar donde nos explican los pormenores del Parque, fauna, flora, formación, etc.  Y también desde allí y por el bosque de El Cedro se llega hasta el núcleo del Parque, pero eso era ayer.

En el camino a Agulo, uno no deja de sorprenderse de la belleza de cualquiera de los barrancos y de las montañas de esta isla. La belleza del paisaje cautiva al visitante.

Vallehermoso

Agulo

Pero Agulo no nos ha abandonado, porque desde su núcleo urbano se observa el Teide en la vecina Tenerife. Es obligado pararse y admirar ese paisaje. Este día, las condiciones climatológicas no permitían una foto nítida de esa imagen espectacular, la conseguimos después en el descenso hacia San Sebastián de la Gomera, en la perpendicular al Valle de Santiago. Pero lo veremos más tarde.

A lo largo del camino te sorprenden los bancales, por ejemplo. Y también lo hace lo diseminadas que están las zonas habitadas. Los grandes núcleos, se han ido formando al ritmo del crecimiento del turismo: Valle Gran Rey y Santiago por la vía de la playa. Agulo gracias a su comunicación con el Parque de Garajonay. Mientras que Hermigua era capital agrícola.

Esa diseminación de la población a modo de Casas de Campo, tienen dos claras versiones. Una para pequeñas plantaciones y otras para mayores latifundios.

Alguien nos ha chivado que en La Cabaña, en la carretera que va desde San Sebastián de La Gomera a La Laja se come bien y allí nos vamos. Atravesamos de nuevo el Parque e iniciamos el descenso hacia la capital de la Isla y dejamos a la derecha el núcleo turístico de Santiago, pero allí arriba nos topamos con el mirador de Tajaqué desde donde se divisan paisajes en los que se mezclan el verde, el negro volcánico y las nubes que circundan el parque. Además de contemplar planos cenitales del Valle de Santiago. Como ven otra parada obligatoria.

Valle de Santiago

Seguimos la carretera y pocos metros después de este paisaje, otro nos obliga a parar, se trata de ver los Roques en todo su esplendor.

Pero no se acaban las bellezas antes de llegar a San Sebastián de La Gomera, cuando estás pendiente de ver la capital de la Isla, nos aparece de pronto el Teide, allí sobre el mar de nubes majestuoso, su pico nevado.

Directos a comer, la Cabaña nos espera. En la carretera de La Laja, presa a la que iremos inmediatamente después para ver otro ejemplo del sistema de almacenamiento y riego en La Gomera. En el núcleo de El Langrero, este restaurante nos ofrece comida típica, de la que ya hemos hablado. Buena carne de cabra, buenas papas arrugás, almodrote, un buen pescado Cherne, para ser más exactos y quesos típicos, junto al mojo picón. Calidad-precio excelente. Muy recomendable.

Y de aquí, que ya son las cuatro a La Laja, núcleo en la montaña desde donde se divisan las tres presas que en sucesión continua sirven de embalse de agua para abastecer a la capital de la Isla. Presa de los Chejelpes; presa de Izcagüe y presa de los Palacios. Más arriba al inicio del barranco, la presa de La Laja.

El día toca a su fin, las carreteras son estrechas y sinuosas, lo que aconseja regresar a Vallehermoso, pero antes conviene parar en Hermigua, les he hablado de ella. Una población que por su situación debió ser centro de comercio en la parte norte de la isla.

El municipio de Hermigua se encuentra situado en el noroeste de la isla, en el valle del mismo nombre, que constituía junto con Agulo el territorio aborigen de Mulagua. Después de la conquista, las buenas condiciones del lugar para el cultivo de caña de azúcar, su proximidad a la capital insular y el disponer de un embarcadero suficiente, atrajeron el interés de los señores de la isla, por lo que su colonización fue muy temprana. El primer núcleo de población de Hermigua fue el del Valle Alto, con la iglesia de Santo Domingo y el convento del mismo nombre, construido entre 1515 y 1520.

La creación del núcleo del Valle Bajo es posterior, levantándose la iglesia de Nuestra Señora de La Encarnación en 1650.

La orientación del municipio, determina una significatíva influencia de los alisios, que encuentran vía libre a su paso por el valle. Aparece la clara diferencia entre las zonas bajas con amplias extenciones, en las areas más favorables, dedicadas al cultivo de regadío (platanera) y aquellas donde se hace perceptible los mayores aportes de humedad. Se desarrollan aquí excelentes muestras de monteverde: laurisilva y fayal-brezal. Entre ambas, una zona de transición, con la presencia del sabinar.

Precisamente los abundantes recursos acuíferos y la construcción de embalses, ha facilitado el desarrollo de la agricultura.

Entre sus atractivos turísticos, los Roques de San Pedro, Pedro y Petra, de los que cuenta la leyenda popular que eran dos amantes fundidos en un abrazo que un rayo convirtió en piedra y luego separó.

No podemos dejar La Gomera sin hablar de Cristobal Colom. En 1492, cuando se dirigía por primera vez a lo desconocido, el Almirante recaló en la Bahía de San Sebastián de la Gomera antes de proseguir viaje.

La Torre del Conde, La Iglesia de la Asunción, donde se bendijo a los expedicionarios, y el Pozo de la Aguada fueron entonces testigos, que aún permanecen, de la presencia de los descubridores de America en la Isla.

Fin de la estancia en La Gomera, las dificultades para llegar, son las mismas que para salir, pero les recomiendo un viaje de mañana, desde Valle Gran Rey a Los Cristianos en Tenerife, con escalas en Playa Santiago y San Sebastián de la Gomera. Total una hora y cuarenta minutos que nos permiten una visión parcial de la Isla por mar, en este caso solo lo hace Garajonay Express. . Como todo viajero con prisas nos queda siempre algo que merece la pena ver y no vimos. En esta ocasión la visita a Los Órganos merece la pena, está cerca de Vallehermoso y se accede por mar. En Valle Gran Rey hay excursiones a este monumento de la naturaleza, no se lo pierdan.