Salimos de Barcelona camino de Oslo. En esta ocasión con Vueling, pero existen otras opciones (SAS, NORWEIGA). Tres horas de vuelo y a esperar el siguiente hasta KIRKENES. Ciudad fronteriza con Rusia. Nacida al albor de esa circunstancia no tiene ningún atractivo como urbe. Sus alrededores si que mantienen el encanto del mar, del fiordo y de una vegetación generosa en este verano del 2013. Temperatura agradable y poco más. Nunca la visitarías en un viaje turístico si no fuera por que es el inicio de la travesía hasta Bergen con el barco correo.
 |
 |
 |
Lo primero que sorprende en este viaje es la automatización de los servicios de aeropuerto en Oslo. Un selfservice desde el checking hasta la facturación de las maletas. Lo segundo es lo caro que es este país. Dos hamburguesas y un agua 66 euros. Por la noche en KIRKENES en una pizzería guarrindonga una ensalada y pasta simple 37 euros. El hotel Ártica KIRKENES , cuatro estrellas aquí. Justito tres en España a 177 euros, eso si con desayuno (completito) incluido. Carito verdad?.
 |
 |
Una salvedad amigos, en KIRKENES no hay bancos que cambien moneda. Atentos.
Ademas en verano lo del sol de medianoche es rigurosamente cierto y dormir de un tirón se hace difícil. Las cortinas no son del todo opacas y traspasa la claridad de la noche nórdica.
