BURGOS A HORNILLOS DEL CAMINO (Etapa 14)

Dia 1 de mayo de 2010

18,8 kilómetros. Salida a las 7,50 horas. Llegada a las 13,10 horas.

Referencias: Tardajos. Rabé de las Calzadas.

CASA RURAL EL MOLINO DEL CAMINO a seis kms de Hornillos, te vienen a buscar. Correctas las instalaciones, el entorno maravilloso. Un antiguo molino de harina rehabilitado.

Antes de partir del Molino del Camino a 6 kms de Hornillos una reseña importante a la cena que ofrece esta casa rural al precio de 15 € por barba. Entrantes de jamón y queso, flojos. Pimientos de la huerta fritos, un manjar. Revuelto de huevos de gallinas propias con espárragos de su huerta, excepcional. Una crema de calabacín más que aceptable y un estofado de jabalí de una textura, sabor y mejor digestión excepcional.  Sin palabras.

Etapa de transición hasta llegar a Castrogeriz y después a la provincia de Palencia.

Salimos de Burgos, con mucha lluvía, por su parte antigua traspasando el arco de San Martín del románico mudejar. Tres kilómetros de conurbación de Burgos entre edificios y almacenes para llegar hasta el pareje conocido como Los Guindales, vivero forestal.Ahí volvemos a las pistas agrícolas entre trigales en verde. Hasta aquí hemos acompañado a dos peregrinas, una canadiense de Ontario y una italiana de Roma que encontramos perdidas al final del paseo del Espolón en Burgos. Con los primeras flechas amarillas han empezado a encontrar el camino.

En estas primeras pistas nos encontramos con Valentina y Mauricio, enfermeros en Venecia que es la quinta vez que siguen el camino, esta vez quieren ir hasta Orense para descender a Santiago andando. Con ellos haremos toda la etapa hablando de lo divino y humano, de Venecia, de Italia, de España, de flamenco y de política, son como no antiberlusconi, yo también.

Pasamos el arroyo del Molinar y de nuevo el río Arlanzón que ya se ha convertido en un amigo, especialmente después de las casi tres horas que nos acompañó por Burgos.

Paso a paso, como siempre, llegamos a Tardajos y en el primer bar, hay hambre, damos cuenta de un excelente bocata de tortilla de chorizo y una cerveza de barril. Aparece la coreana, desparecida en Burgos.

Repuesto el cuerpo con el almuerzo, el alma vuelve a caminar hacia Rabé de las Calzadas, sin nada digno de reseñar como no sea el río Urbel de poco caudal pero con tendencia a desbordarse en días de tormenta y anegar las parederas vecinas.

Tardajos Santa María de Rabé

Después de un ascenso suave divisamos Hornillos, final de esta corta etapa. Destacable el bar Manolo, donde comemos de forma correcta, sin más. Barato 8,90.

Tenemos una fuente con un gallo naïf encima, de madera de roble y cola de chapa que según cuentan los lugareños el motivo es que el agua que llega al pueblo viene de un manantial llamado “el gallo” y este artilugio está mirando hacia de donde mana el agua. Otros dicen que está allí por un affaire con los franceses en la Guerra de la Independencia.La leyenda relata que en tiempos de la guerra de la independencia se instaló en Hornillos un destacamento del ejercito francés y que una noche se dedicaron a robar gallinas de los paisanos y por fin un gallo. Las mujeres, cabreadas se fueron con palos y horcas al destacamento francés a reclamar los robos. La negativa de los franceses a la acusación de ladrones exasperó a las mujeres españolas que pretendían recuperar sus animales, base de su sustento. Hasta que el gallo cantó desde dentro de los tambores de guerra de los franceses y lazs mujeres ante la evidencia recuperaron sus animales. Desde entonces se alza en madera un gallo francés en lo alto de la fuente de Hornillos. Si non e vero e ven trobato.

Publicado en Diario de Teruel

LOS SONIDOS DEL CAMINO

Después de Burgos cargado de historia, Hornillos te invita a pensar en los muchos sonidos que has escuchado durante estos días de caminar incesante. Por la mañana duchas, lavabos, mochilas que se van llenando al son del nylon, palos de peregrino que golpean el suelo y puertas que se cierran. En el exterior las tórtolas condenadas, a ese sonido característico, como si pronunciaran constantemente el término “dieciocho” que era según la leyenda las monedas que quería cobrar el aguador en la pasión de Cristo. Al poco empiezan los verdales, las cardelinas y otros pájaros de  buen agüero a acompañarte entre árboles, zarzales de las veredas o los campos de trigo verde. También el silencio de algunos pueblos antes de las diez de la mañana forma parte de esos sonidos. Y cómo no, las campanas de las iglesias que dan dos veces la hora. Dejamos para el final el de las grandes urbes que es el añadido moderno a los sonidos de siempre en el Camino a Compostela.