ETAPA 20 ILESOS

No me gusta hablar de milagros, pero si de “buena suerte” y eso es la que hemos tenido este grupo de “9 más una perra” al llegar a Igüeña sin lamentar bajas. La etapa se presentaba ciertamente preocupante porque en cuestión de 3 kms subíamos de 1300 metros de Fasgar a 1642 en el mirador del Gran Campo De Santiago (volveremos a ello, porque la historia se lo merece) Desde allí se inicia un fuerte descenso hacia la ermita de Santiago, ya a 1467 metros de altitud. A partir de ahí empieza un camino hacia las Colinas, unos 6,5 kms de un peligro extremo, especialmente en los descensos…si existe Madrigal de las altas torres, aquí es el pedregal quien impone su ley. Para decirles que el promedio del ascenso se quedó prácticamente en 3 kms a la hora, la bajada apenas llegamos a los 2 kms. Eso da cuenta de la dificultad. Un paso era una odisea de como poner el pie derecho para que el izquierdo no se fuera tras una piedra. Mucha atención, mucha prudencia y una buena dosis de fuerza en los brazos para controlar los palos. Hablando de “por si acaso”. A medida que te vas dando cuenta de la peligrosidad del terreno por una cañada entre montañas. Empiezas a pensar en las consecuencias de un accidente leve que precise atención in situ. Primero no hay como llegar hasta allí si no es a través de un helicóptero. Pero no se queda en eso…no hay cobertura de móvil. Y a la edad que gastamos algunos llegar hasta el final (cansados, eso si) pero ilesos es simplemente un jarrón de “buena suerte”.

A lo serio amigos. Etapa reina de este Camino y de otros. Difícil desde el principio con esa ascensión que te obliga a dosificar el esfuerzo…Hablamos de un 10% continuado y en alguna ocasión más. Buen terreno y un final feliz. Las vistas desde estas 1641 metros merecen comentario aparte. Abajo la campa de Santiago donde en el siglo X se liberó una gran batalla entre las huestes de Almánzor, comandadas por Martín Moro y las tropas cristianas del rey de León, Ramiro II. Cuenta la leyenda que siendo en menor número los cristianos se dirigieron al apóstol Santiago que apareció en su caballo blanco y cambió el sentido de la historia…leyenda o no, se erigió una ermita en su honor…

La campa rodeada de montañas de más de 2000 metros es espectacular y si a continuación recorres la garganta que te lleva hasta las Colinas, el esfuerzo se convierte en un sin fin de imágenes que hasta ahora no habíamos tenido. Fuentes, cascadas (las fotos impresionan)

Llegas a las Colinas y de repente aparece un conjunto de casas renovadas, acondicionadas y con una construcción que complementa el paisaje. Piedra, madera, hierro y naturalmente pizarra son los elementos que distinguen la fisonomía de esta zona de montaña. A algunos les puede pasar y es que en este pueblo uno se confunda y puede creer que está en la Cerdanya…pues no, estamos en el principio de la comarca del Bierzo que cruzaremos hasta Villafranca antes de entrar en Galicia por O’Cebreiro. A partir de aquí un paseo agradable por la orilla del río Boeza y llegamos a Igüeña, final de etapa con esos 19 kms y algo más. Comer, lo que se dice comer lo vamos a obviar. Pernoctar en hotel El Verdenal de Noceda del Bierzo,  muy buena elección. Lugar muy agradable, aunque ciertos platos son mejorables…su colección de ron sorprende.