FINAL DEL CAMINO

Hoy tocaba final del camino…vamos de este interesante viaje de dos partes…una la experiencia “goleta”…muy interesante y la segunda conocer tres lugares bien distantes de Turquía. Una Estambul, otra Éfeso y Capadocia…Los tres nos han aportado muchas cosas como personas.

Nos quedaba un último suspiro en Estambul y bien que lo hemos aprovechado. Primero para ver el Palacio de Dolmabahçe. Allí donde murió el padre de la patria turca  Atatürk…283 habitaciones, 65 baños y salones y más salones dan cuenta del lujo de este monumento obra de un arquitecto francés. Todo eso a orillas del Bósforo y frente al Estadio del Betsikas que hoy celebraba la conquista de la Liga turca (se imaginan como estaban los alrededores). Menos mal que la pericia de un taxista, con matricula de honor, nos ha llevado hasta las puertas del Palacio por donde nunca hubiéramos pasado…y todo por cinco euros más propina.

Desde allí, un barco-metro (2 libras turcas, 0,50 €) hasta El Barrio de Kadycoy en la parte asiática…la intención era comer en un restaurante Çiya, dicen que está de moda, y realmente era el que ponía el cartel de completo. Pero la primera sorpresa nada más bajar del ferry ha sido observar que se trata de una zona más liberal que otras en Estambul…pocos velos, pese a la confesionalidad de los turcos. La imagen de sus habitantes y paseantes era totalmente europea siguiendo los patrones de la moda occidental. Librerías, cafés con encanto, etc le otorgan el marchamo de algunos lugares muy especiales en capitales europeas como Berlín, Barcelona incluso El Barrio de Palermo en Buenos Aires.

Pero la auténtica sorpresa te la dan las calles colindantes donde se acumulan tiendas típicas de cualquier mercado…pescaderías, fruterías, charcuterías, carnicerías y de otro tipo entre las que destacan las de aceitunas…las hay de las clases más imaginables. Pero una especialmente dedicada a conserva de muchas y diferentes verduras y frutas…de elaboración propia, tenía un aspecto de lo mejor. Como si se tratara de un Gran Bazar con local incluido, allí se acumulan las tiendas donde te ofrecen “los últimos modelos” de teléfonos móviles, bolsos de marcas conocidas, zapatillas de lo que pidas, etc. Todo ello tropezando con un río de personas la mayoría locales que contrasta con el vacío en algunos lugares de turismo tradicional.

Son las dos Turquía diferentes y que se expresan de forma contundente…además como es época de ramadán esta diferencia es más acusada. Lo comprobamos anoche en la zona de nuestro hotel por la riada de personas que venían de celebrar el final del día de ayuno y aquí la iconografía musulmana dominaba entre las mujeres. Todo lo contrario de Kadykoy…Me alegro de haber podido conocer esta otra parte.

De nuevo al barco…y ya camino de descansar…pero antes advertir a quien lea este relato que no se pueden tomar taxis en la calle si no van debidamente documentados…porque si por la mañana en la puerta de center Zulu tomamos un experto conductor, a orillas del Bósforo nos tocó un pirata que su misión es engañar al turista…cuanto daña la imagen de una ciudad actitudes como esta…

Luego una cena rápida, que hay que madrugar y al hotel con al esperanza, frustrada, de que la Juventus de Turín nos alegrara el día venciendo al Madrid…es la final de la Champions. Pero vana esperanza…

Despedida de dos amigos sabiendo que nos volveremos a ver en breve…y lo de siempre… ¿dónde vamos a colocar las compras?. Empieza un ejercicio que está entre el tetris y la arquitectura más complicada…pero es el destino del turista. La próxima vez también terminara de esta forma el viaje.