La mañana empezaba temprano y mirando el termómetro del coche antes de ponernos en marcha. Las aplicaciones de meteorología ya anunciaban temperaturas extremas muy poco vistas en este lugar entre Francia, Suiza y Alemania. Pero la sensación de calor ha sido más extrema que lo que íbamos viendo. Desayuno a prisa en la autopista (las instalaciones de estas áreas en Francia son excepcionales)…mejor que mejor. Y rápidamente hasta Beaune, la capital de la Borgoña. Una ciudad comprometida con el vino, con el arte y con una Francia que sabe conservar sus casas, sus alrededores y sus monumentos. El primero el Hotel de Dieu u Hospicio construido en pleno siglo XV y que hoy conserva su estructura para enseñarnos como fue la vida de miles de huérfanos de la época. Visita obligada. Lo siguiente es visitar las diferentes vinotecas de la ciudad que se van sucediendo anunciando a todos que esto es la Borgoña, paraíso del chardonnay, del pinot noir y del chablis…Alguna bodega en el centro de la ciudad, otras en el entorno y el museo del vino como referencia. Para casa un Puligny-Montranchet y Pommart del 15, no podía ser de otra manera…luego la Notre Dame con diferentes estilos arquitectónicos, pero conservando ciertas partes de sus orígenes en el siglo X y luego en los siglos XI y XII…una maravilla. El calor nos ha impedido recorrer con detenimiento la ciudad. Una simple toma de contacto y al coche (todo por el aire acondicionado, imprescindible hoy). La ruta nos llevaba hasta Lyon por la A-6 y hemos obrado por seguir la N-6 por aquello de apreciar de cerca esta parte de Francia, sin las barreras de la Autopista. Uno espera ver una viña tras otra y lo que se encuentra es un sin fin de cultivo del maíz. Kms y kms de este producto…algunas vacas cherolesas y de otras razas y así hasta llegar a la D.O Coté du Rhone…aquí como en la Alsacia que hemos dejado atrás las viñas justifican la producción. Antes de llegar a Macon una visita a Tournus. No sale en las guías pero su Abadía, sus calles, etc hacen obligada la parada.
Luego de ir observando como el termómetro se iba a los 37 grados buscamos el fresco del hotel en Lyon. Casi sin descanso hacia el centro a la Plaza de Bellecour y de los Jacobinos donde se concentra una serie de pequeños restaurantes en la rue des Mercieres…gente, mucha gente soportando y combatiendo el calor, 34 grados a las nieve de la noche y 31 a las 23 horas…es inhumano. Mañana, si el tiempo lo permite, día dedicado a Lyon (poco tiempo, pero no hay más)