8 DE NOVIEMBRE DE 2019

LA CIUDAD ANÁRQUICA

Dicen que los de Bilbao (los del mismo Bilbao) nacen donde les da la gana. Pues aquí en Nápoles en algo se parecen a los de Bilbao. Aquí los de Nápoles hacen lo que les da la gana (pasan las calles en un “cómo no te apartes tu”. Dejan la basura allí donde mejor les pilla. Y así un sin fin de cosas) La realidad es que Nápoles es una ciudad anárquica como yo no he conocido otra (ni siquiera Ketmandú, que ya es decir) Supongo que dentro de este caos existe algún orden que los ciudadanos de aquí entienden y practican.

Dicho esto no deja de ser una ciudad muy interesante. No solo a nivel arquitectónico (donde todo vale) Monumental, tiene más de 400 iglesias…aunque hay que hablar del siglo XIV en adelante a pesar de que existen dos datadas en el siglo IV, pero que parecen acabadas ayer.

Para este viaje de casi diez horas por Nápoles, contando casi dos en tren (si nos lo ponen en cercanías de Barcelona o Madrid hay una revolución) seguíamos las directrices de un viajero que en su blog proponía un paseo (largo) por Nápoles en un solo día y lo hemos seguido casi a pie juntillas. Primero desde la estación de de Porta Nolana hemos atravesado una zona de mercadillo callejero (todo Nápoles es un mercadillo callejero) donde imperaba la colonia de migrantes de la ciudad (casi todos los puestos y tiendas de alrededor estaban gestionados por ciudadanos árabes) Con estas hemos salido a una gran avenida, Umberto I y de ahí a la Vía del Duomo para visitar la catedral y especialmente a San Genaro (que hoy no le tocaba licuar la sangre) Pero nos ha permitido ver los restos de su osamenta en la cripta de la Catedral. En Santa Restituta, capilla datada en el siglo IV, pero con frescos e imágenes de “antes de ayer”. Las reformas el siglo XIII y XVIII la han convertido en una. Iglesia barroca. Pero desde ella se accede al Batisterio (siglo V) y que conserva  frescos de esa época y que versan sobre momentos de la vida de Jesús. Muy interesante.

De ahí a buscar la calle de los Pesebres. Una de esas calles que definen a una ciudad (parte desde la iglesia de San Lorenzo) perpendicular a la vía Tribunale hasta encontrar la Benedetto Croce. Está dedicada por entero al arte del pesebre o belén. Auténticas obras de arte con mayúsculas y de piezas de colección hasta el típico souvenir de Pulcinella (icono de la ciudad). Un paseo hasta San Domenico, después a Chesú Novo y Santa Clara. Visita obligada al claustro del siglo XIV donde destacan las cerámicas que adornan las columnas del jardín de este convento claretiano. Esto en cuanto a lo que monumentos hemos visto (dejaré para el final el Cristo Velado)

Lo importante de un recorrido de casi 19 kms por Nápoles ha sido vivirla intensamente, pese a episodios de lluvia (pero cortos) Sus calles estrechas del casco histórico te traslada a esa imagen que tienes de la Nápoles de la tele…balcones con ropa tendida (los hay para aburrir) unos portones enormes que esconden auténticos enjambres de viviendas de una decadencia extrema. Ciudad donde la suciedad aflora a pie de calle, donde uno seguramente no viviría (acostumbrado a las nuestras) pero en el fondo atractiva en todos los sentidos. Al final te sientes cómodo en el caos.

He dejado para el final la Capella de San Severo donde se exhibe el Cristo Velado…una obra de arte del siglo XVIII que si vas a Nápoles es imprescindible ir a verla. Su impacto está a la altura de la Pietat de Miguel Ángel en el Vaticano. No hay foto…buscaré una por internet dado que están prohibidas en la Capella y hay cuatro vigilantes en los 70 metros cuadrados.

Hay tantas cosas que explicar de Nápoles, como que tiene tres funiculares que te llevan hasta los castillos desde donde puedes ver y fotografiar panorámicas de la ciudad y su entorno. Del Vesubio (hoy cubierto por una inmensa nube) o de la costa Amalfitana. Que la Vía Toledo hasta la Piazza del Plebiscito (Piazza que se nos ha quedado en el tintero) es la calle donde se desarrolla una parte importante de la actividad comercial de la ciudad (zona multimarca) o que es obligado (casi) comer Pizza y lo hemos hecho en La Antica Pizzeria de Miquele, como en su día Julia Roberts. Una turistada importante…colas de más de 15 minutos para encontrar mesa (hay quien confiesa que estuvo hasta dos horas) y luego o escoges Margarita o Marinara (fueron los inventores de la margarita) nada más. Una sola marca de cerveza y claro, más barato que en Andorra…dos margaritas y tres birras…17,50 €.  La pizza, normalita , buen producto y si encima haciendo a miles no las hacen bien es para quemar el local. Servicio rápido (hay que darle salida a la cola) y a la calle en 25 minutos. Si estás por la zona y quieres decir he estado en Miquele ves, si no hay miles de sitios. Todo eso y muchos más podrías contar de Nápoles. Pero se necesitan al menso dos días para ver solo lo imprescindible. Volveremos.