FINAL EN CUDILLERO

Ya sea en el Camino o en un simple viaje, cuando se llega a esta zona de Asturias, Cudillero marca la jornada. Empezamos en Tazones y paramos en Villaviciosa (donde la sidra El Gaitero). Por aquello de un café en domingo. Esta localidad presume de ser donde desembarcó el Emperador Carlos V de Alemania y I de España allá por el 1517. La realidad es que lo hizo en Tazones pero como es una parroquia de Villaviciosa, el ayuntamiento se apunta el tanto. Y lo hizo porque el mal tiempo por entonces desvío la flota hasta allí. De la presencia de la nobleza en la villa dan cuenta los numerosos palacios que hay en su centro histórico. Destaca el Palacio de los Hevia hoy restaurado y convertido en Oficina de Turismo. Todos alrededor de la Iglesia de Santa María de la Oliva del siglo XIII, con una curiosa portada del tardorrománico. Cumplido el trámite nos vamos hasta San Salvador de Valdedios…los nueve kms que separan los dos puntos son una parte esencial del Camino de Santiago por estas tierras. El Monasterio cisterciense data de principios del XIII en la transición del románico al gótico. Alberga en su recinto la iglesia de San Salvador una de las más importantes del prerrománico asturiano. Las influencias mozárabes demuestran la presencia casual de esta civilización también en Asturias. Media hora de explicaciones por 3 € no es nada caro. Internarse en la media montaña montaña asturiana es recorrer un territorio “verde que te quiero verde” con fincas donde el prado cumple su función de alimentar a la vaca rubia asturiana (no confundir con la gallega, se cabrean unas y otras). Robles, frutales (manzanas claro) y hortensias…muchas hortensias en los muros de las casas que hacen las delicias de los amantes de esta flor que necesita toda el agua de Asturias y Galicia para destacar. Km a Km pasamos la zona industrial que separa Gijón y Avilés y paramos en Salinas (donde las segundas residencias de los ciudadanos de Avilés, Gijón y hasta de Oviedo). Es domingo, empieza a llover y mucha gente aprovecha para pasear por esta imponente playa que termina en el Museo de las Anclas dedicado a Cousteau. Ya le queda poco a la mañana y hay que pensar en comer, pero antes la ría del Nalón nos invita a un paseo rápido por San Juan de la Arena y Muros de Nalón siguiendo el río. Seguimos hasta Cudillero, pero antes una parada obligada en El Pito (Pitu en bable) en la Quinta de los Selgas…un palacete diseñado por Fortunato Selgas y que alberga un jardín estilo francés (vamos un Versalles en pequeñito). Hoy es la sede de la Fundación Selgas-Fagalde y que entre otras obras de arte tiene el primer Goya reconocido y una Asunción de la Virgen de El Greco…se visita en julio, pero el exterior despierta la curiosidad. Un compendio de Escuela e Iglesia envuelven a la finca en cuestión, todo obra de esta familia. De ahí hasta el puerto de Cudillero dos kms de un descenso de justicia (bueno de justicia es la subida, que bien se hace en autocaravana). Normalmente los pueblos de costa son atractivos por la presencia del mar. Cudillero es uno de los pocos que se fotografían de Mar a tierra. Su fisonomía marca su belleza. Las casas están colgadas y forman un conjunto cromático donde se mezclan miles de colores y miles de formas. Pero al observarlo lo primero que se te ocurre es preguntarte cómo subieron los muebles y los electrodomésticos de las casas de arriba…Si vives arriba y vas de viaje no cargues mucho las maletas que no vuelves…Hoy era obligado comer en Casa Julio (no había virrey pero si un rodaballo que nos estaba esperando…zamburiñas son imprescindibles en una dieta de Cudillero y sidra escanciada mecánicamente (lo inventan todo) que te permite beber cuanto y cuando quieras…Dormir a la orilla de este Cantábrico que sube y baja…llueve y hay que recogerse. Mañana amaneceremos junto al mar…valga la experiencia. Ventajas de tener hotel casi donde te da la gana.

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