DESPUÉS DEL VIERNES VIENE EL SÁBADO
Dijo alguno que sabía de esto que en política un año son mil días. Desde el jueves llevamos dos. Yo siempre he pensado que la improvisación (sin conocer todos los datos) en un político es una temeridad que nos indica su solidez a la hora de tomar decisiones, que por norma afectan a los ciudadanos, además de a él.
La sentencia de la Gürtel obligaba a un movimiento estratégico de los partidos con fuerza para cambiar los gobiernos en España. Vamos los cuatro estatales. Rajoy tenía la oportunidad de disolver las Cortes y ajustar el calendario para ir a votar en octubre. No lo ha hecho a tiempo. El PSOE debía ponerse de acuerdo con Ciudadanos para buscar una solución a corto plazo que obligara a Rajoy a esa medida. Va y presenta una moción de censura como consecuencia de la “oportunidad” de Podemos cuya estrategia es distinta a la del PSOE. Sánchez ha visto la vía de ganar el protagonismo que ha ido perdiendo con el tema de Catalunya, donde se ha apuntado, mal y a destiempo, a la mano dura de Rivera. Ciudadanos ha llegado a la conclusión de finiquitar la legislatura retirándole su apoyo al PP y buscar el rédito electoral que le auguran todas las encuestas. Lícito, pero la cuestión es cómo. Podemos, inmersos en un debate sobre chalets, saca la “albaceteña” y logra que Sánchez se apunte a su carro.
Con este panorama después del viernes, entramos en el sábado y hay que hablar de posibilidades en un futuro inmediato. Con Rajoy más allá que acá y tratando de ganar tiempo para recomponer un partido a la deriva electoral y sin un cartel mínimamente presentable, como no sea Núñez Feijoo. Busca un pacto con Ciudadanos y convocar las elecciones después del “batacazo Sánchez”. Una reacción normal.
Rivera vería con buenos ojos esta opción Rajoy, que le permitiría ganar protagonismo (más?) y mandaría un mensaje de moderación a los votantes “nacional-católicos” del “¡vuelve José Marí!”. La oligarquía económica (léase el Ibex-35) la vería con buenos ojos…porque la aventura de votar o abstenerse para hacer a Sánchez “presidente por un día” con los votos de Podemos y algunos partidos nacionalistas e incluso independentistas (por aquello de marcar paquete), no les gusta ni a los “conservadores de Aznar”, ni a los del dinero. Justificar ese rocambole a la española costaría de explicar y más después de aquel pacto fantasma, de antaño, con el PSOE (nadie lo entendió).
Sánchez ha entrado a la desesperada en el juego de Iglesias y Montero…recojo el guante, me apoyas y le digo a Rivera que lo mejor para España es un gobierno de izquierdas con su apoyo…Ya empezamos con los cuentos de hadas y Alicia en el país de las maravillas. Otra opción del señor Sánchez es pactar con el resto del arco parlamentario y buscar acomodo con Catalunya de fondo (después de lo que ha dicho, incluso del señor Torra, será complicado). Podría aprovechar la euforia de los soberanistas de “váyase señor Rajoy” aunque después viene la realidad que pasa por “derecho de autodeterminación” como mínimo y república pactada como máximo y eso ni incluso una presidencia vale para el PSOE… Eso el viernes a la hora de presentar el escrito en las Cortes. Pero al viernes le sigue el sábado y viendo como se han puesto las cosas y que un nuevo fracaso podría dar al traste con su carrera personal dentro del PSOE va y ofrece a Ciudadanos la posibilidad de una presidencia circunstancial y convocar elecciones de forma inmediata a la toma de posesión en Zarzuela. Ahí estamos y mañana domingo…
El jueves escribí que la única solución a este embrollo político después de la Gürtel eran las elecciones y el camino va por ahí inexorablemente. Sean por la vía del pacto Rajoy-Rivera, a mediados de octubre. Sean por el pacto Sánchez-Rivera, también a mediados de octubre (previo cambio de gobierno y dándole a la imprenta del BOE). Pero elecciones seguro…Cómo. Todo dependerá del beneficio que de la solución final obtenga el señor Rivera. Aunque visto lo visto, todo es posible en la Celtibería Show de Luis Carandell…al tiempo.
