COHERENCIA, UN MÍNIMO DE COHERENCIA

Hoy día 21 de octubre de 2017 ha ganado el Barça al Málaga  con la ley del mínimo esfuerzo y eso otros días bastaba para estar contento. Hoy precisamente, como he oído decir a Enric Juliana, es un día triste. Porque no puede ser bueno eso de que de un plumazo se suspenda la autonomía de Catalunya (la semántica del “no” me parece extraña ante el cúmulo de medidas anunciadas por el señor Rajoy). De la tristeza hemos pasado a la emoción viendo la masa social que se ha movilizado esta tarde en Barcelona pidiendo la libertad de los Jordi’s. Una parte muy importante de la ciudadanía catalana (no caigamos en la tentación de hablar del pueblo  de Catalunya) ha logrado traspasar el significado de una manifestación más. Arengados por la lectura entusiasta de Lloll Bertran y la música y la voz con un compromiso sincero de María del Mar Bonet han emocionado al personal y el ejemplo gráfico ha sido la imagen de Xavier Domenech con las lágrimas en los ojos. Eso me retrotrae a una realidad y es la reafirmación de la desproporción de la medida cautelar contra los Jordi’s dictada por la Magistrada señora Lamela. Creo humildemente que él apoyo popular y la necesidad de insuflar algo de sosiego a esta sociedad catalana (aquí si que puede hablarse de un altísimo porcentaje) que está en un permanente “ay” en el cuerpo.Deberían hacerle reflexionar señoría de la oportunidad de cambiar esa medida de prisión sin fianza y dejarlos en libertad con los cargos que considere oportunos. La justicia a veces tiene que ser justa.

La segunda parte de la tristeza la ha puesto (a mi juicio y recalco a mi juicio) el discurso de la señora Forcadell pasadas las siete de la tarde. Solemne en el Parlament de Catalunya y acompañada de los miembros de la Mesa que preside (bueno los que conforman la mayoría de 72 diputados, los otros ni estaban, ni se les esperaba), la señora Forcadell (un periodista de acidez probada en sus juicios me dijo allá por el 9 de septiembre que “la señora Forcadell leía en público discursos que no entendía”. Me pareció fuera de tono, cuando menos) ha pronunciado un discurso entre el enfado lógico y la épica Numantina. Primero acusando a Rajoy de golpista ante las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros (su opinión es tan válida como la de otros, pero no más). Después apelando al espíritu del “no pasarán”. Acorde con su pasado asambleario y reivindicativo desde la ANC. Hasta aquí de lo más correcto y lógico para un día triste. Pero la señora Forcadell (y no quiero ni pensar en lo que me dijo aquel cronista) ha hablado de secuestro de los 135 diputados del Parlament de Catalunya. Eso no señora Forcadell, desde el 6 y 7 de septiembre de 2017 usted solo está legitimada para hablar en nombre de los 72 diputados de la mayoría. Y punto. Esos días en una acción totalitaria y dictatorial usted (con artes que sonrojarían a cualquier demócrata) dejó sin voz a los diputados de la oposición en una sesión donde se aprobaron las leyes más importantes que se han votado en esa cámara y lo hizo cargándose el reglamento de la cámara (ese que usted está obligada a aplicar), cargándose los principios básicos de la democracia.No puede hablar de golpe de estado quien en su día toleró semejante disparate. Lo mínimo que se puede esperar de una persona que detenta una responsabilidad tan importante como la suya es coherencia. Permítame decirle que ese concepto tan elemental hemos comprobado que no figura en su diccionario de cabecera. No se que será de su carrera política en un futuro. Pero siempre llevará estigmatizadas las fechas del 6 y 7 de septiembre de 2017, cuando actuó de forma totalitaria y dictatorial. Eso señora Forcadell no hay piedra pómez que lo haga desaparecer. Mañana es domingo o lo que es lo mismo “fiesta de guardar”…por eso lo otro lo dejamos para nuestra particular “sant misa”.

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