Dicen quienes lo conocen bien que cuando llegas al poder “al de verdad”, se produce un silencio que te impide escuchar lo que hablan los pocos o muchos asesores que te rodean. Es “la soledad del poder”. Esa que debe sentir en sus carnes el Molt Honorable Carles Puigdemont mientras va desgranando el qué hacer frente a la carta del señor Rajoy.
Él que pretendió un “órdago” que se quedó en un “paso” l 10 de octubre, para ganar tiempo a que reaccionaran desde donde fuera. Fuera de nuestras fronteras, claro. Tiene ante si un verdadero “órdago a la grande” (que en el mus es el no va más) lanzado por los acuerdos de la mayoría parlamentaría (más de los 2/3 del Congreso) donde se le insta a retroceder a la “legalidad” constitucional o “le aplicamos” el 155 y se acabaron los sueños de aparecer en los libros de historia”. Y para completar el “a la grande” un acuerdo para poner en marcha en un plazo de seis meses las bases para reformar la constitución y darle un impulso a una nueva relación interterritorial de los “pueblos” de España (yo como santo Tomás hasta que no ponga el dedo en las llagas no voy a creer en el cuento de Caperucita). Aunque difícil de orquestar, de momento la partitura en el papel suena bien.
Ahora le llega la carta de la CUP exigiéndole la proclamación a lo Companys de la república. Y usted piensa “claro como vosotros no vais a la cárcel”. Y sigue “qué hago yo con una Catalunya con la mitad menos uno de catalanes. Sin la Coca Cola, sin el Colacao y sin La Caixa”. Al mismo tiempo le viene a la mente una acertada reflexión, tenemos Rahola, Marc Álvaro y Sánchis. Si pero nos quedamos sin RAC1…
He ahí el “ser o no ser” de la soledad del poder.
Y vuelve a releer la carta de la CUP…habla de más dos millones de votos declarando su “si” a la república…es cierto…además todos ellos y algunos más no quieren saber nada con todo lo que suene a España (legítimo)…Y sigue el dilema…Y qué hacemos con la otra mitad más uno de los catalanes que no están en la carta de la CUP…les invitamos a irse…”si me queréis irse…gritaba desaforadamente Lola Flores ante la multitud en la boda de su hija”…hacemos lo mismo?…Y sigue el dilema…que dura es la soledad del poder…Se para en el párrafo tentador donde la CUP afirma que si hemos de ir al 155 mejor que sea con la declaración de independencia en marcha (para su estrategia antisistema la jugada es perfecta). Mira por el balcón de la Casa dels Canonges y ve a la multitud de la ANC y el Omnium pidiéndole ese gesto que nos traslade a la épica…la tentación es mayor. Al otro lado la realidad de una España que vería con buenos ojos el 155 y su procesamiento (incluido)…que dura es la soledad del poder. El señor Artur Mas esta misma mañana (conocedor de eso que es “la soledad del poder” y que ha sufrido en sus carnes la ira máxima de la CUP) le echa un cable y empieza a hablar de elecciones constituyentes y dejar para los que vendrán la decisión final a tenor de las fuerzas del si o del no. Es la posibilidad con mayor dosis de realismo…Porque si hay 155 ese es el final lógico. Todo para evitar una deshonrosa e inmerecida rendición del procés (no podemos olvidar los catalanes que salieron el 1 y el 3 de octubre del 2017. Ni tampoco los del 8 de octubre, es verdad. Hay que nadar y guardar la ropa). De verdad (no la conozco) pero que dura debe ser la “soledad del poder”