Tres movimientos en un solo día en lo que ayer era inmovilismo (bueno lo de Puigdemont fue un cambio de órdago a paso). El primero el acuerdo de los señores Rajoy (por aquello del cargo) y Sánchez en su reunión en La Moncloa después de escuchar con los suyos a Puigdemont. Ponerse a trabajar en una modificación de la Constitución en un plazo de seis meses para encontrar entre otras cosas un nuevo modelo de interterritorialidad en esta España que sufre de mal de lindes. A lo que se apunta el señor Rivera con matices. Segundo movimiento, el señor Rajoy pregunta al govern de la Generalitat si ha declarado la independencia de Catalunya (no se ha enterado del lío de ayer en el Parlament). Hay que aclararlo. Mientras mantiene en suspenso (como la república catalana) la aplicación del artículo 155…todo un gesto. Tercer movimiento el señor Puigdemont ofrece diálogo entre los dos gobiernos para encontrar un mediador. Vamos avanzando.
La primera pregunta que surge es ¿sobre qué va a mediar?. Porque si su esperanza es que se discutan los términos de la rendición de unos u otros vamos aviados. Porque esta misma tarde el señor Tardá lo ha dicho con claridad meridiana…la independencia no se discute, se acuerdan los términos del adiós. Pues estábamos en lo de ayer… pero con retraso.
El bloque centralista (vamos a reconocerlo) tiene ante si una difícil tarea que es la igualar en derechos y deberes a todas las Comunidades (por aquello de yo no soy menos que tu). Y eso amigos pasa por reequilibrar las balanzas fiscales, pero de verdad (dejando de lado el método Montoro) y algo tan sencillo como revisar el Concierto Vaso y Navarro o lo que es lo mismo (díselo tu, que yo tengo lumbago). Lo ven como es muy difícil corregir errores enquistados?. Estoy convencido de que podría llegarse a un acuerdo de mínimos en el tema de la “solidaridad interterritorial” (fíjense si soy optimista). Y a partir de ahí cerrar viejas heridas (o lo que es lo mismo cumplir con el desarrollo final de los Estatutos). No será fácil pero es imprescindible. Y otra propuesta es la de hacer de España un Estado Federal (en serio). Lejos de lo que pretendió siempre el PSOE que era un simple cambio de nomenclatura a lo que ahora tenemos. No amigos si se hace es con todas las consecuencias. “Cada perro que se lama sus heridas” y una parte correspondiente para mantener los servicios comunes del Estado. Algunos deberán aplicar aquello de “ajo y agua”. Todo lo que sea fuera de esos parámetros es crear unas expectativas que no se van a cumplir y especialmente mantener las frustraciones de una Catalunya que ya no va a perdonar más errores como el que se cometió con el “café para todos”
Me olvidaba de Catalunya…una vez amortizada la figura política de Puigdemont lo normal serían unas elecciones (plebiscitarias o como quieran llamarle) que aclaren las cifras reales de representatividad de cada una de las fuerzas políticas y buscar esa mayoría social que legitime una u otra opción: Quedarse o Irse de esa nueva España.
Yo siempre mantendré que ya existe una importante masa social que jamás aceptará cualquier fórmula que tenga por nombre España (las cosas se han hecho mal y no es reversible). Pero a lo mejor no les queda más remedio (por el momento) que aceptar del denominador común.
