Era el momento de gloria deseado por cualquiera que quiere pasar a la historia. Sabía que su gloria y su auto inmolación por el bien del país sería recordado por generaciones y generaciones de catalanes. La foto de su comparecencia estaría en la exposiciones sobre lo que fue y lo que es la “Nación” catalana allá por el 2060…como la de Companys ilustra cualquier referencia a la ruptura con España. Ni siquiera era la hora taurina de Lorca, ni siquiera las seis de la tarde como estaba previsto. Fueron las siete y algo después de dejarse en un despacho la “ilusión desde niño”, “yo no me doblegaré”,”la calle es mía”, “las largas horas hacia la tierra prometida” y muchas promesas o juramentos casi “gitanos” acumulados desde el 1-O. Ese día en el que después de los errores del Estado dijo “Junqueras aixó està fet”. Y ha estado una semana y algo dándole vueltas a que traje llevaría, que palabras elegir para la proclamación de la “República Independiente de Catalunya”. Si debería mirar al ex-president Artur Más o una mirada cómplice de “que macho soy” a su esposa.
Y el martes diez de octubre de 2017 era el día elegido…Pero en esa fecha, ayer mismo, las presiones eran demasiadas. Ha sufrido en carne propia la presión más brutal que una sociedad y sus agentes (léase lo que quieran y pónganles nombre) hayan ejercido sobre uno de sus gobernantes. Y no lo ha podido resistir. “Se ha doblegado”, justo es reconocerlo. Su discurso, brillante en su contenido, en su estructura y especialmente en su interpretación se resume en “un quiero, pero no me dejan” y por favor que venga alguien a mediar porque si no me quedo sin argumentos florales frente a posiciones muy sólidas para aquellos que le acompañaron en la aventura.
Cada vez que decía lo de declaración de Independencia pero que se suspende temporalmente para negociar…las caras de los comprometidos era un poema y “lo de la calle es nuestra” se iba desinflando en el Paseo de Lluis Companys abarrotado para darle la bienvenida como President de la República Catalana Independiente.
Luego llegaría Inés Arribadas (Ciudadanos) lo esperado. Sabe colocar una palabra detrás de otra, pero se dirigía exclusivamente a sus votantes y sus posibles nuevos votantes entre los del “no”. El Parlament era el escenario de hoy, pero mañana podría ser una plaza (de toros no, que están prohibidos) con unos miles de personas.Sirve el mismo discurso.
Detrás aparece en escena Miquel Iceta. Y nada más comenzar uno nota que está frente a un político de raza…de esos que llevan muchos años y años picando piedra. Que antes de ser cabeza de cartel ha sido estratega, analista y muchas cosas que entran en el manual del “político aplicado”. Vamos un profesional de esto. Un catedrático disertando ante una clase donde se reúnen PNN’s y becarios. Y va y le dice con esa tranquilidad del Savio (con V) que “no puede suspender lo que no ha anunciado”. Usted lo mira con cara de incrédulo…”cómo puede equivocarse Iceta, se pregunta”. Y entonces el savio en política le desgrana” sus” contradicciones y especialmente su frustración sobre aquello que le debía servir como instrumento para “su día de gloria”. Un discurso con base histórica…con un acertado diseño del presente…y don una adecuada visión de futuro. Incluso se permitió un ejercicio de autocrítica que si algunos más de los presentes lo hubiera hecho con anterioridad nos hubiéramos ahorrado algunos malos ratos.
A partir de Iceta lo demás es papel de envoltorio o esa parte del guión de una película que se podría ahorrar.
Ya todos sabíamos que había ocurrido entre las tres y las seis de la tarde. Como sería la rueda de prensa de la CUP. El desánimo disimulado (las circunstancias obligan) de Òmnium y ANC. La buena de Soraya poniéndole cara al Gobierno. O lo que dirían Farreras y Pastor en la Sexta.
Todo a la espera de esa reunión de Rajoy con Sánchez y la reacción del PSOE.
Consejo de Ministros extraordinario y la contundencia del portavoz del PSOE no hace presagiar nada bueno para “esos deseos de mediación y diálogo de la República suspendida”. Eso de que los tres de vocación centralista le digan que todos sus sacrificios son “una Trampa”, tampoco me lleva a pensar que se vayan a sentar en una mesa a cambiar cromos. Los de Bruselas ya ni se leen los periódicos de la UE. Usted si y no le van a gustar. En fin hoy 10 de octubre de 2017 usted señor Puigdemont no fue el Timbaler del Bruc.