Los análisis de situaciones donde la emoción juega un papel protagonista deben realizarse en frío y con una perspectiva lejana para que nada te impida una visión lo menos subjetiva posible.
El 1-O nacía desde la propuesta de los representantes de una república estalinista donde se silenciaba a las minorías discordantes por la vía “dels meus collons i Se acabó”. El Estado aplicando la legalidad de la Constitución y por la vía del mandato judicial trataba de todas las maneras, incluidas las “torticieras” de impedir su celebración. El Govern de la Generalitat ha utilizado estrategias, incluso algunas ingeniosas, para conseguir el objetivo de que hoy se votara, aunque no tuviera la mínima legitimidad dada la falta de garantías democráticas.
Independientemente de las declaraciones voluntaristas de unos y otros, que las hay para “enmarcar”. Los terrenos estaban muy bien delimitados. Un gobierno central que no puede por ley y legitimidad constitucional permitir una consulta de autodeterminación de uno de los territorios. Un Govern de la Generalitat con tintes obligados de totalitarismo y prisioneros de los antisistema de la CUP. Un poder judicial empecinado en cumplir la sacro santa ley constitucional. Unos Mossos de Esquadra guardando el equilibrio entre lo legal y lo que les mandan desde su cúpula. Unas Fuerzas de Seguridad del Estado sacados de sus feudos a regañadientes, pero que deberían tener órdenes claras de aplicar la profesionalidad ante las provocaciones (y no las han tenido).Y especialmente un importante movimiento social (cifren lo ustedes en lo que quieran) dispuestos a ejercer el derecho “ilegal” al voto de autodeterminación y que tenía tintes de provocación pacífica ante lo que podían ser momentos de evidente tensión. Los aparatos de propaganda de unos y otros bien engrasados.
A las 8,15 de esta mañana el Govern anuncia que se admite el Censo Universal, lo cual deslegitima cualquier consulta electoral. Cualquiera puede votar allí donde pueda. Pero eso no impide que miles de personas (ese movimiento social) se acerquen a las urnas (aunque sean opacas y made in china) y formen cordones que impidan cualquier intento de frenar las votaciones. Los Mossos se limitan a comprobar que hay personas vulnerables alrededor de los colegios (ya se entenderán ellos con la magistrada de Tribunal Superior) y de pronto aparecen las primeras imágenes de la actuación policial en algunos colegios. Desmesurada, desproporcionada pese a las provocaciones. Nada justifica la estupidez política del ministro del interior o del propio Gobierno del Estado como responsables de la actuación de estas fuerzas de seguridad.
Primero porque han vulnerado los principios de proporcionalidad entre el “delito” y la represión del delito. Segundo porque han conseguido que el pueblo llano repugne a unos cuerpos que deben velar por su seguridad. Y tercero porque acaban de justificar algo mucho mas intemporal que la inmediatez de su estupidez. Han separado Catalunya de España de un plumazo…O es que desde el Gobierno ignoraban que una actuación de este tipo conllevaba una reacción de repulsa a todo lo que huela España, incluida la de muchos españolistas? De verdad no lo han pensado aunque sea a escondidas?
Mucho debe ser el rédito electoral que en “su” España les debe aportar días como el de hoy. No dudo y lo he comprobado que en esa “otra” España, la de los medios de comunicación extra madrileños, la de los “putos catalanes”, la represión a los concentrados está más que justificada por su intento de romper la sacro santa “unidad Nacional”. Incluso hasta yo que soy de cortas miras puedo entender lo que se ha venido diciendo de todo este proceso. De sus promotores (no niego que no han estado a la altura que el pueblo de Catalunya les demandaba), inmersos en un carrera contra reloj totalmente contraproducente para el propio objetivo final. Pero ni la necesidad de justificarse ante las exigencias de cualquiera de estos colectivos heridos en su “orgullo patrio” puede avalar tamaña estupidez cometida hoy en Catalunya. De verdad no quisiera vivir en esa “república estalinista” del “per collons los nostres” ni en ese “estado represor” de “para cojones los nuestros”.