Ahora mismo el señor Rajoy se estará preguntando ¿qué ha hecho mal?…Lo mismo que en su día se preguntó el PSOE cuando perdió las elecciones frente al señor Aznar. La respuesta es la misma para ambos: la falta de convicción a la hora de hacer una catarsis en su partido. El principal enemigo de los partidos en el poder, nunca es el adversario político. Lo es el ciudadano de a pié que se cansa de oír una vez tras de otra lo de las riquezas acumuladas de unos, mientras los otros padecen la crisis. Y el día de las elecciones se dejan sentir con voz de rabia. Y se cambia el personaje y como en esta ocasión hasta el escenario.
Por eso es imprescindible realizar las catarsis internas con energía y a tiempo para transmitir al ciudadano una imagen de rigor y seriedad. Pero en España estamos acostumbrados a realizar las catarsis después de una derrota electoral y limpiando solo aquello que “la suegra ve” sin llegar al fondo de la cuestión. Lo vimos con el PSOE en el año 1996 y lo hemos comprobado con el PP en esta legislatura donde además de justificar medidas de “gracia” con poca gracia. Además no han sabido resolver el problema de la corrupción interna y externa. El resultado no podía ser otro más que un castigo electoral de un pueblo cansado del “no pasa nada”.
El centro derecha en España necesita una renovación de personas, de estilos y de principios. Y Ciudadanos no es precisamente el recambio. Cuánto más se tarde en esta operación mayor será el tiempo para recuperar la confianza del ciudadano comprometido ideológicamente. Porque ese ciudadano necesita percibir que existen formas y comportamientos en su clase política que es capaz de superar la picaresca en la que se había instalado. Lo mismo que necesitamos una izquierda comprometida. España necesita una derecha sin complejos y sin lastres innecesarios.
