EL NEGOCIO

No pensaba hablar en esta columna de futbol por aquello de no molestar a la parroquia con un tema menor. Lo sucedido el pasado sábado en Barcelona donde un colegiado se permite el lujo de la manera más burda de demostrar que esto está amañado una vez más me obliga a hablar del NEGOCIO  del futbol en nuestro país y ya hablaremos de Europa.

La liga estaba transcurriendo con sus más y sus menos por los derroteros soñados por don Florentino. El Madrid campeón y pelillos a la mar… Como no podía ser de otra manera después de invertir más de 800 millones de euros en crear a base de talonario el mejor equipo del mundo y tres años de sequía absoluta. No contaba don Florentino que enfrente tendría al mejor equipo de la historia del futbol y por cuatro duros, todos son de casa. El Barça se había otorgado el papel de verdugo de don Florentino y eso no entraba en los planes de quien está acostumbrado a triunfar en los negocios. Además para mayor escarnio Del Bosque al que don Florentino echó del Madrid por la puerta de atrás le gana el Mundial con el estilo Barça.

A este sainete se le añaden dos personajes idóneos para dirigir la banda del Empastre que es el colegio de árbitros, don Villar y don Sánchez Arminio, que llevan, ni se sabe, viviendo del momio. Dicen que hasta ahora habían ayudado al Barça, no lo pongo en duda, ellos sabrán. Pero lo de este año que pensaba era fruto de la baja calidad de nuestros trencillas. Mira que son malos y encima cobran. Va y resulta que empiezas a atar cabos después de lo de Velasco Carballo del sábado y dices, no esto ya no es casualidad.

Buscas la hemeroteca y ves: Robo en Valencia al Barça, dos penaltis no pitados. ¿Arbitro?, caramba, Velasco Carballo. Robo al Mallorca frente al Real Madrid. Robo descarado al pobre Rayo hace quince días, también contra el Real Madrid. Penalti del Español frente al Barça por mano clamorosa en el área a falta de dos minutos (les aseguro que me creí lo de la buena fe de Turienzo hasta que lo volví a verlo arbitrar), pero uno va con el lirio en la mano hasta que don Florentino te hace ver claro que esto es un negocio donde nadie y menos don Villar y don Sánchez Arminio pueden permitir que don Florentino se quede otro año más sin un título de los de verdad y las acciones de sus 800 millones sigan por los suelos. Normal como la vida misma. Por eso amigos les sugiero que no discutan del futbol. Nos basta con ver jugar al Barça, lo otro es una película de terror.

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