Existe la voluntad de catalogar como “silenciosa” a la mayoría que formamos los ciudadanos de este país que queremos una convivencia pacífica, que queremos seguir trabajando por el bienestar de todos, que seguimos pagando nuestros impuestos, que respetamos a los demás, que tenemos la libertad como eje de nuestra conducta cívica y un largo etcétera que conformaría el manual del comportamiento de una persona normal en un país normal.
Pues desde esta plataforma que graciosamente me cede el director de este medio acabo de dejar de ser silencioso, aunque siga perteneciendo a esa mayoría que no hemos ido a las acampadas, pero que comulgamos con parte de la filosofía del 15M. Tengo que decirles que acabo de dejar mi silencio para denunciar el bochornoso espectáculo de unos energúmenos agrediendo a los parlamentarios catalanes de forma impune y coaccionando a personas de bien en su derecho a ejercer la función que el pueblo les ha encargado.
Desde ese instante me declaro en huelga de la comprensión para los miembros del 15M que han pasado de la filosofía para adentrarse en la acción violenta del 16M.
La violencia genera violencia y no sería de extrañar que en defensa de la seguridad de los parlamentarios u otros ciudadanos las fuerzas de seguridad del estado, en este caso los Mossos de Escuadra, tuvieran que reprimir con la dureza exigida en el cumplimiento del mandato judicial las salidas de tono e incluso la resistencia pacífica de quienes ya están en el 16M.
No me sirve los lamentos o las declaraciones plañideras de los representantes del 15M diciendo que nada tienen que ver con estos actos vandálicos. Los vándalos, o casualidad, estaban entre los pacíficos. Pues a ustedes les corresponden poner orden en sus propias filas.
Recuerdo algunas manifestaciones convocadas por los partidos democráticos en las que había peligro de que se infiltraran elementos violentos para reventar la “mani”. El servicio de orden, generalmente dirigido por estrategas del PSUC, se encargaba de forma expeditiva de apartar a esos elementos. Todo un ejemplo que el pasado miércoles hubiera sido bien recibido por la mayoría silenciosa. Que desde ese instante está indignada con los “indignados” del 16 M.
